En su conferencia matutina de ayer, el presidente Andrés Manuel López Obrador dio inicio a la sección ¿Quién es quién en las mentiras de la semana? para silenciar a los medios en México.
Es un ejercicio de crítica a periodistas y medios de comunicación que no le festejan sus ocurrencias al frente del gobierno.
Nada alentador fue este primer ejercicio. La presentadora, Ana Elizabeth García Vilchis, coordinadora de contenidos web de La Jornada de Oriente, se inauguró copiando el discurso presidencial:
“La viralización y difusión con que las notas falsas se mueven lacera la libertad de expresión, atenta contra la democracia, pero, sobre todo, obstaculiza que el pueblo decida”.
Además, habló de que esa sección “será una plaza pública en la que se discutirá libremente sobre la información que los medios de comunicación publican a diario”. ¿¡En serio!?
¿Quiénes discutirán? García Vilchis y López Obrador y no se abrirán las puertas para la discusión. Será un monólogo muy conveniente para los intereses presidenciales.
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Silencio a los medios en México
Sin embargo, López Obrador quiere silenciar a los medios que no le son afines; exhibirlos como enemigos del “pueblo” y de su gobierno. El régimen amloísta es el que más ha atacado a medios y periodistas, aunque le gusta colocarse como víctima.
De esta fiorma, esa sección no tiene utilidad alguna, busca, como casi todo lo que hace el presidente, distraer la atención de los verdaderos problemas del país: masacres, corrupción, inflación, crisis económica, falta de medicinas para niñas y niños con cáncer, trata de personas y un largo etcétera.
Ayer la presentadora arremetió contra periodistas y medios de comunicación: Javier Tejado, Raymundo Riva Palacio, Joaquín López-Dóriga, Salvador García Soto, Héctor de Mauleón, Carlos Loret, Peniley Ramírez, El Universal, El País, Univisión, el New York Times.
Nada bueno va a dejar ese ejercicio. En su afán de confrontar, López Obrador ganará la batalla y será el responsable de agresiones que pudieran sufrir los comunicadores. Sabe que en su movimiento hay radicales que no pedirán autorización para atacar.
Hace tres años el tabasqueño ganó las elecciones con el 53 por ciento de los votos. Un triunfo legítimo y aplastante. Desgraciadamente perdió la oportunidad de ser un estadista.
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