De ser rechazada la propuesta que busca reformar la ley electoral, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, prepara una estrategia alternativa.
Durante conferencia matutina, el mandatario reafirmó su postura sobre la posibilidad de que consejeros y magistrados sean elegidos por voto directo.
Bajo el precepto de gobernar un Estado democrático, López Obrador declaró fraguado un “plan B”.
Con este, el presidente podrá prescindir de la aprobación mayoritaria en el Congreso Institucional.
“Es probable que yo envíe una reforma a la ley que no requiere de dos terceras partes, un plan B”, afirmó al ser cuestionado sobre sus acciones posteriores ante un fallo contrario al esperado.
De esta forma, el tabasqueño busca proponer una reforma a la ley electoral sin violar la Constitución.
Esto con el fin de poner la elección de magistrados y consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) al alcance de la población mexicana.
Además de, por su carácter oneroso e, de acuerdo con el presidente, innecesario, reducir de 500 a 300 los diputados plurinominales.
Reforma electoral: El INE no se toca
El pasado 13 de octubre, una marcha en contra de la reforma reunió a cerca de 65 mil ciudadanos quienes espetaban consignas a favor del INE.
“Obrador, traidor, el INE no se toca”, gritaban cientos de personas vestidas de rosa.
Entre los asistentes, personalidades como Vicente Fox, Marko Cortés y Elba Esther Gordillo participaron en defensa del órgano electoral.
Horas después de concluido el mitin, el presidente apoyó irrisorio a los opositores antes de instarlos a continuar con su lucha:
“Yo creo que fue muy importante la marcha de ayer.
“Si no emerge esto, se mantiene soterrado, hace mucho daño para tener una sociedad mejor, más justa, más igualitaria”, dijo.
Y es que, aseguró, crear transformaciones estructurales suponen sacrificios que requieren más allá de una única manifestación.
Por otro lado, cuestionó la presencia de empresarios de la Coparmex, los priistas Roberto Madrazo y José Narro Robles, ex rector de la UNAM.
Según datos expuestos por el periódico El País, dos de cada tres mexicanos apoyan la reorganización de las circunstancias electorales.
Sin embargo, los cambios legislativos se encuentran, por el momento, en manos del Congreso.
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