Luego de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aprobó a Ucrania utilizar misiles militares de largo alcance contra Rusia, el presidente Vladimir Putin dio luz verde en ajustes en su política nuclear donde contempla un ataque si la integridad de su país está en riesgo; una agresión convencional que podría provocar una respuesta a escala atómica.
«Entre las condiciones que justifican el uso de armas nucleares figura el lanzamiento de misiles balísticos contra Rusia» afirma el decreto de Putin. Según el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov los cambios en la doctrina nuclear rusa serán formalizados en caso de que sea necesario: «Era necesario alinear nuestros principios con la situación actual», afirmó.
La doctrina publicada en el portal de información legal del Estado ruso amplía la categoría de alianzas militares contra las que Rusia aplicaría su estrategia nuclear: «La agresión de cualquier Estado perteneciente a una coalición militar (bloque, alianza) contra la Federación de Rusia y (o) sus aliados es vista como una agresión de la coalición en su conjunto», afirma.
Dichas cláusulas son consideradas por analistas como una clara advertencia a Estados Unidos y la OTAN en caso de que decidan involucrarse directamente en el conflicto de Ucrania.
De igual forma el documento alude no solo a aviones de guerra, misiles de crucero o hipersónicos, sino a drones y otros aparatos no tripulados que violen el espacio aéreo del país. Rusia subraya que la probable utilización de armas nucleares contra Ucrania o aliados, se debería a un «instrumento de disuasión» de carácter defensivo y cuyo empleo constituye una «medida extrema y forzosa».
En meses anteriores el mandatario Putin había anunciado ajustes en la doctrina nuclear a finales de septiembre, pero la prolongó justo cuando se cumplen mil días de la guerra con Ucrania. La cual ha desplazado a más de 10 millones de personas, y desencadenado una de las mayores crisis según la Agencia para los Refugiados de la ONU.
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