Los pueblos de Milpa Alta decidieron unirse y a través de sus consejos comunales nombraron representantes para acudir hoy ante la jefa de gobierno Clara Brugada.
Durante la asamblea de atención ciudadana que la mandataria encabeza todos los martes en el Zócalo capitalino, los milpaltenses le pidieron que intervenga para proteger los bosques y el agua de la alcaldía, frente a la constante amenaza de la urbanización.
Una vez que estuvieron ante Brugada, los pobladores enumeraron todas las caras de esa amenaza que se cierne a diario sobre su territorio.
Hablaron de la tala clandestina, de la lotificación ilegal y venta de terrenos en suelo agrícola o zonas forestales, así como la construcción de casas en áreas de alto riesgo como barrancas.
Se pronunciaron en contra de la apertura de nuevos pozos de agua y hablaron de la necesidad de crear presas comunales, así como de plantas de tratamiento en la demarcación.
BLINDAR LA ALCALDÍA
Los pobladores fueron claros, pues dijeron que esperan acciones de parte del gobierno de Clara Brugada para blindar esa demarcación.
“La prioridad es seguir conservando nuestros bienes naturales como el bosque.
“Estamos queriendo blindar al territorio legalmente, por medio de herramientas e instrumentos, así como acciones que nos ayuden a proteger nuestros montes ante la tala ilegal o la matanza de especies endémicas”, explicó la portavoz del grupo de pobladores.
De los instrumentos que plantearon, destacó lo que sería una nueva figura legal, a la cual denominaron Programa de Ordenamiento Comunal y que atendería la Planeación desde un enfoque rural.
NADA SIN CONSULTA
Los habitantes de Milpa Alta llegaron al Zócalo capitalino portando lonas con leyendas que enfatizaban su lucha en defensa del territorio.
La ficha de atención que obtuvieron para ingresar a la carpa donde atendía la mandataria, los colocó entre los últimos de la lista de este día.
Al menos una docena de representantes de cada pueblo permaneció en las sillas asignadas, a espera de su turno y cuando subieron al presídium dejaron en claro que querían tener presentes también a los secretarios del gabinete.
Así, uno a uno se acercaron el titular de Gobierno, César Cravioto; la secretaria de Pueblos, Nelly Juárez; la secretaria de Medio Ambiente Julia Álvarez Icaza; el secretario de Finanzas Juan Pablo de Botton; el de Gestión del Agua, Mario Esparza, y el de Movilidad, Héctor Ulises García.
Ante la jefa de Gobierno y todos sus funcionarios, los milpaltenses subrayaron que ningún proyecto debe realizarse sin que ellos sean consultados, así sea el Cablebús o las distintas acciones de gobierno.
Enfatizaron que los consejos comunales ahí presentes fueron elegidos por las asambleas de cada pueblo, las cuales son la autoridad máxima “y rechazamos que se haga algún proyecto sin nosotros”, reiteraron.
Pidieron hacer mesas de trabajo con cada una de los titulares de las distintas secretarías para darle seguimiento a las peticiones en materia ambiental, hídrica, de movilidad, seguridad, desarrollo económico, cultural y turístico.
Consideraron necesario que las autoridades de la Corenadr rindan cuentas directamente ante los consejos comunales, y hasta hablaron sobre planes de auditoría a esa Comisión de Recursos Naturales.
Pidieron que exista coordinación con el gobierno federal para instalar una oficina de la Profepa en la alcaldía y también plantearon que llegue a Milpa Alta una fiscalía especializada en delitos ambientales.
LA RESPUESTA
Clara Brugada dijo que recibía con mucho gusto las propuestas, “para tener una relación diferente con los pueblos y las comunidades de Milpa Alta”.
Apenas comenzó a hablar y pidió al equipo de seguridad que dejara pasar hasta la carpa al resto de vecinos que se habían quejado por fuera de las vallas.
Así, lo que al inicio era un turno de atención con los representantes de los pueblos se convirtió en una asamblea con más de 50 personas que permanecieron alrededor de la mandataria.
La jefa de gobierno se comprometió a implementar un método para atender las peticiones y hacer lo que llamó “un plan de justicia para cada pueblo de Milpa Alta”.
En un concepto que medianamente explicó, la mandataria habló de “ruralizar” la CDMX para rescatar y preservar lo que aún queda de la cultura y cosmovisión de los pueblos originarios.
Se refirió entonces a la resistencia indígena, así com a la recuperación y la divulgación de la lengua náhuatl en escuelas de educación básica y principalmente en Milpa Alta.
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