Tras fuga en penal de Culiacán se forja alianza entre cárteles rivales en Sinaloa

Ciudad de México.- La fuga del pasado domingo de dos reos de alto perfil de organizaciones criminales rivales entre sí del Centro Penitenciario Aguaruto forjó una alianza entre los grupos criminales que comanda Fausto Isidro Meza Flores, El Chapito Isidro, y Aureliano Guzmán Loera, El Guano, hermano del líder extraditado del cártel de Sinaloa, como parte de la contienda violenta que se mantiene contra los hijos del Chapo Guzmán.

 

Desde enero pasado ambos grupos del clan Guzmán iniciaron una disputa violenta por obtener el control de la siembra y trasiego de enervantes en la zona serrana, en donde campesinos aseguran que los hombres de Los Chapitos prohiben vender cosechas a la gente de El Guano. También disputan el negocio de robo de combustible conocido como 'huachicol', reyerta que alcanzó su punto álgido a fines de abril pasado cuando grupos armados realizaron incursiones en por lo menos 8 comunidades de la llamada 'franja huachicolera', y privaron de la liberad a varios jóvenes.

 

De acuerdo con fuentes consultadas de la Fiscalía General del Estado y Seguridad Pública, así como testimonios de agentes investigadores, Julián Grimaldi Paredes -cuyo nombre real es Luis Gabriel Valenzuela Valenzuela-, con apenas 29 años de edad, pertenecía a las filas de Guzmán Loera, pero a la captura de éste en Los Mochis, Sinaloa, en enero de 2016, se mantuvo en la facción que ahora dirige Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, Los Chapitos o Los Menores.

 

Las pesquisas realizadas señalan que una vez que fue capturado por elementos del Ejército el 16 de febrero de 2018, junto con seis de sus hombres cuando festejaban un cumpleaños en un salón de fiestas de la colonia Colinas de la Ribera, se distanció del clan de los Guzmán Salazar debido a que surgieron sospechas de que su arresto fue una entrega en represalia por el asesinato de un ahijado del Chapo Guzmán, ocurrido unos días atrás en la comunidad de Villa Juárez, municipio de Navolato.

 

Con la libertad de Grimaldi, señalan investigadores, es posible que surga una nueva reyerta con los hijos del capo procesado, aunque también aseguran que las huestes de El Guano han sido diezmadas en los últimos meses, aliándose con El Chapo Isidro para sumar a sus filas delincuenciales.

 

Durante sus audiencias ante el juez de control, los abogados de Grimaldi Paredes o Valenzuela Valenzuela argumentaron que los soldados que realizaron el operativo en la

fiesta retuvieron indebidamente a los inculpados, acusados de portación de armas de fuego de uso exclusivo y de posesión de drogas. También alegaron que la hora del arresto no coincidía con la que señalaba el parte militar.

 

“Luis Gabriel (Grimaldi) estaba sumamente molesto porque lo dejaron solo”, comentó para La Silla Rota una persona que tuvo acceso a una de las audiencias.

 

 

Operador del cártel

 

La Procuraduría General de la República (PGR) lo identificó oficialmente como operador financiero de los Guzmán y como uno de los presuntos participantes en la emboscada a un convoy del Ejército mexicano, ocurrida del 29 de septiembre de 2016, en donde 5 soldados murieron y 11 más resultaron heridos de gravedad. Tras el ataque, la Secretaría de la Defensa Nacional y la Agencia Criminal de Investigación (ACI) aseguraron varios de sus ranchos ubicados en la comunidad de Paredones, ubicada al norte de la capital sinaloense. También fue aprehendido, pero la PGR no logró imputarle cargos, por lo que salió el libertad condicional.

 

En la madrugada de su arresto, se encontraba con su familia y otras decenas de invitados al festejo. Portaba una identificación falsa como miembro del Estado Mayor Presidencial y como empleado de una empresa de seguridad. Diversos testimonios recabados señalan que Grimaldi manejaba grandes sumas de dinero y controlaba operaciones claves del cártel de Sinaloa.

 

Pero ni el dinero ni los más de 15 abogados que contrató para su defensa lograron sacarlo en corto plazo, a fines de febrero fue vinculado a proceso y a mediados de abril el órgano administrativo de los centros penitenciarios hizo el intento de enviarlo al penal federal de Perote, en Veracruz, pero un amparo interpuesto a tiempo ante el juez federal obligó a las autoridades a mantenerlo en la endeble prisión de Aguaruto.

 

Tras la escandalosa fuga del hijo de Juan José Esparragoza Moreno, de nombre Juan José Esparragoza Monzón, El Negro, y otros cuatro reos de alto perfil del cártel de Sinaloa, en marzo de 2017, el gobierno de Quirino Ordaz Coppel decidió contruir un nuevo módulo para confinar a los presos federales, pues la otra estragia que siguió la autoridad fue la de tratar de enviar a los reos considerados peligrosos a penales federales, cosa que contraviene al sistema de justicia acusatorio.

 

Los otros reos fugados son Jesús Peña González, jefe de seguridad de Ismael El Mayo Zambada; Rafael Guadalupe Félix Núñez, operador financiero de Los Ántrax, Alfonso Limón Sánchez, El Poncho Limón y Francisco Zazueta Rosales, El Pancho Chimal.

 

De los cinco, la Marina abatió a Zazueta Rosales en la zona rural al norte de Culiacán. Había sido acusado también por la PGR como parte de la emboscada al Ejército. Tanto Esparragoza Monzón, como Félix Núñez y Alfonso Limón contaban con procesos abiertos de extradición a diversas cortes estadounidenses. En varias ocasiones la Dirección de Prevención y Readaptación Social de Sinaloa intentó cambiarlos de reclusorios, pero los amparos frenaban cualquier movimiento.

 

 

El modulo de nueva creación

 

Tras la fuga de marzo y el descubriento público de que los presos de alto perfil rentaban barracas de lujo que incluía televisión satelital y jacuzzi, el gobierno de Quirino comenzó la construcción del módulo de nueva creación, el cual estaba terminado hace unos meses. También arribó como director el teniente coronel de justicia militar en retiro, Rodolfo Peña Mayen. Otro militar más a la estructura que Ordaz Coppel dejó en manos de la Sedena.

 

El módulo cuenta con un protocolo especial de seguridad, de verificación de entradas y salidas. Según informa la Secretaría de Seguridad Pública, en toda la cárcel realizan dos pases de lista a los reos, una a las 6:30 horas y otra a las 19:00 horas, momento en que se cierran las puertas de los módulos.

 

Las autoridades penitenciarias decidieron segregar a los que consideraron como los 20 reos más peligrosos. Ahí estaban también Jesús Carlos Salmón Higuera, El Macaco, uno de los matones a sueldo del Chapo Isidro, quien era procesado por el asesinato de 7 policias ministeriales muertos en una emboscada ocurrida en El Fuerte.

 

Entre otros reos también se encuentran operadores de primera línea del cártel de Sinaloa, como José Carlos López Alanís, El Cali Ántrax, quien era líder de Los Ántrax, brazo armado del Mayo Zambada; Jesús Rodríguez Dueña, El Rino; Jorge Alberto Salas Gastélum, El Furcio, ambos sicario de Los Chapitos, entre otros considerados de alta peligrosidad.

 

Según testimonios recabados, Peña Mayen y Juan Carlos Campos, director de Prevención y Redaptación Social, ejercieron un mando de hierro al interior del penal de Culiacán, lo que provocó molestias en los internos, más acostumbrados a sobornar a quien se deje. Además, fueron prohibidas las visitas conyugales en este módulo y los familiares solo podían acudir a verlos bajo vigilancia.

 

De acuerdo con una fuente cercana a la investigación de la fuga, por eso El Macaco y Grimaldi la madrugada en que se fugaron dejaron mensajes escritos en las paredes con plumón color negro y delgado, debido a las molestias que tenían contra el director del

penal.

 

Una fuente de la SSP confirmó a La Silla Rota que días antes de la evasión, ocurrida el domingo 22 de julio, Peña Mayen solicitó permiso para ausentarse unos días y vacacionar. Al momento de la crisis, no se encontraba en la ciudad, a donde arribó al día siguiente.

 

 

La fuga, la amenaza y la burla

 

Las autoridades aseguraron que con el nuevo módulo no habría más evasiones de internos relevantes, pero la madrugada del domingo se dio el reporte de la evasión a las 3:40 horas, de acuerdo con declaraciones del secretario de Seguridad Pública del estado, general brigadier Fermín Hernández Montealegre, quien apenas tenía una semana que había tomado el cargo en sustitución del general en retiro Genaro Robles Casillas.

 

En conferencia de prensa, Hernández Montealegre admitió que los reos fugados se infiltraron en el sistema de seguridad y lograron escapar vestidos con uniformes de custodios. Pasaron por 6 filtros de seguridad hasta alcanzar la calle, ayudados por dos celadores que según las investigaciones fueron quienes les proporcionaron los uniformes al Macaco y a Grimaldi.

 

Los elementos custodios fueron identificados como Edwin Alejandro Gutiérrez Ramírez y Fredi Martín Sarmiento Márquez, el primero de ellos con grado de comandante. Los dos habían estado asignados al penal de Los Mochis y hace meses la directiva les dio el cambio. Según un custodio consultado, a esas horas de la fuga a nadie le está permido entrar o salir del módulo de reciente creación, por lo que otros compañeros de turno tuvieron que percatarse. Cada salida y entrada se debe registrar.

 

Tras la fuga, los dos custodios también desaparecieron como los internos a los que se les abrió la puerta. Tras de sí, El Macaco y Julián Grimaldi dejaron como “despedia” mensajes en las paredes, en donde amenazaban al director Peña Mayen, al sudirector y al director de Prevención y Readaptación Social en Sinaloa, Juan Carlos Campos.

 

Oficialmente, según la SSP, las investigaciones están a cargo de la PGR y de la Fiscalía, para deslindar responsabilidades del personal de seguridad. Mientras tanto, la fuga reavivó el debate de traslado de internos a penales federales, lo que ha provocado una ola de amparos de reclusos para evitar ser cambiados a otros reclusorios

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