Transparencia y Elecciones

Ciudad de México.- El reciente proceso electoral deja, entre otros, dos saldos importantes: un voto que evidencia una multitud inteligente, cuyo derecho de elección es más un dispositivo de control que un proceso ideológico y el intento de instalar mecanismos de evaluación y seguimiento ciudadanos, a través de los micrositios de transparencia proactiva y las plataformas digitales.

La posibilidad de hacer públicas declaraciones patrimoniales, de intereses y fiscales, el famoso #3de3, marca un parámetro para reconstruir la confianza en las instituciones e instaurar el principio de legalidad, una forma de impedir vulnerar el bien público.

El esfuerzo de la plataforma digital del Yo Decido de la UNAM, para informar sobre lo más básico como eran nombres y currículums de quienes contendían por un cargo de elección, nos dota de información elemental para decidir nuestro voto.

Los resultados pueden ser magros: la información no fue completa, hubo resistencia para subir declaraciones patrimoniales y los estándares del conflicto de intereses es muy amplio, no se puede cruzar aún el patrimonio con lo declarado fiscalmente.

Sin embargo, el ejercicio marca una pauta para conjuntar transparencia y rendición de cuentas como un elemento básico de la evaluación y control comunitario, por lo que  se tiene que establecer claramente que las declaraciones patrimoniales y de interés además de ser obligatorias deberán ser totalmente públicas.

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