Ciudad de México.- La Ciudad de México (CDMX) vive una de sus peores épocas en todos los sentidos, no sólo es el epicentro de la pandemia desde hace seis meses y ha colapsado a más de 10 mil familias por la letalidad del Coronavirus, sino es la capital de la depresión económica más fuerte desde 1929 y por sí fuera poco, la primera jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, mujer ambientalista, ha olvidado su pasado.
¿La razón? Pagar favores a quienes hicieron “aportaciones” a su campañas a la Jefatura de Gobierno y como dijera el filósofo AMLO (antes de que se deban pagar regalías por usar sus siglas) “amor con amor se paga”.
Sheinbaum está empecinada en deshacer un humedal de Xochimilco y convertirlo en concreto puro para privilegiar la vida de los automovilistas.
¿Por qué no quiere echar atrás la obra? Porque la concesión se hizo a la empresa Idinsa, la misma a la que se le inventó un proyecto innecesario: el trolebús elevado en Ermita Iztapalapa. Sheinbaum confirma un axioma: es la ambientalista que más concreto le ha puesto a la CDMX y si no lo creen volteen a ver los segundos pisos de Periférico.
Aunque hoy la vida del humedal está en manos de la justicia. Hágase su voluntad.