Pleito por candidaturas, de lo privado a lo público

Ciudad de México.- El disenso no es una cualidad muy apreciada al interior de los partidos políticos mexicanos. La línea y la disciplina son los valores que los dirigentes toman en cuenta para evaluar el comportamiento de un militante al grado de que el voto de conciencia, en el que alguien contraviene la opinión mayoritaria porque ésta va contra sus convicciones, es moneda muy poco común en nuestro país.

Si bien llega a haber desacuerdos por la decisiones o amagos de rebeldía ante las decisiones tomadas por las cúpulas lo más común es que estas diferencias se expresen sólo en privado y en el momento final se apela a la disciplina y, en el caso de los perjudicados, a que el sacrificio de hoy sea tomado en cuenta para la recompensa de mañana.

Ejemplo de estas diferencias privadas que hoy se hacen públicas por ventilarse en redes sociales es la disputa entre el grupo que desde 1997 gobierna la delegación Cuauhtémoc por el reparto de candidaturas para las elecciones de julio próximo.

Uno de los aspirantes a la jefatura delegacional, Agustín Torres Pérez, quien ya fue delegado (2009-2012) y quería repetir en el cargo luego de dos años y medio como legislador local, denunció que el PRD quiere dar la candidatura a la actriz María Rojo para enfrentar a Ricardo Monreal, quien representará a Morena.

Es normal que el personaje no favorecido se pronuncie contra «la imposición» como lo hace Torres lo inusual es que se dé a conocer la protesta y se hagan señalamientos de fallas en el desempeño y posibles actos ilegales, importantes para tomar en cuenta a la hora de emitir el voto.

En su perfil de Facebook, Torres dijo que le dirección de su partido fragua «la imposición» de Rojo como candidata, y sus expresiones fueron criticadas por Joel Adrián Tovar Velasco, director de Gestión Ambiental de la delegación. Éste tachó a Torres de solapar a funcionarios «corruptos y que presumían no trabajar por ser amigos del jefe», así como de cobrar por servicios públicos.

Torres y un allegado, Pável Guzmán, director de la unidad de obras y servicios en la dirección territorial Juárez-San Rafael contraatacaron acusándolo de ineficiencia pero también de actos de corrupción y de ocupar un cargo sólo por pertenecer al grupo del delegado con licencia Alejandro Fernández.

«Yo sí puedo comprobar todo lo que te robaste de Sederec, las azoteas verdes, tengo pruebas, de todo lo que (…) se robaron», dice Guzmán.

Más allá de las acusaciones, que debían ser respaldadas con denuncias por presuntos actos de peculado o desvío de fondos, lo que dejan ver los señalamientos es la manera en que el grupo comandado por René Bejarano conduce una delegación que en 2015 ejercerá un presupuesto superior a 2 mil 538 millones de pesos. Amiguismo, ineficiencia, presuntos actos de corrupción cometidos por quienes son elegidos por el partido para administrar lo que consideran su coto de caza.

Una cofradía ha decidido verticalmente cómo se trabaja, o no, en esa demarcación y cómo se gasta el presupuesto público. Las denuncias en redes permiten un atisbo a esas prácticas y es importante tomar esa información en cuenta al momento de elegir. Sobre advertencia no hay engaño pero un voto tiene el poder para evitar que esa situación se mantenga.

EN EL BALCÓN: Para que no se pierda la bonita tradición de cobijar con el fuero a un ex funcionario sospechoso de actos de corrupción, los partidos «de izquierda» preparan una candidatura a diputado para Marcelo Ebrard. Él dice que nada debe pero, por si acaso, quiere blindarse ante posibles procesos por irregularidades cometidas en la Línea 12 del Metro. Como el PRI resguarda a Carlos Romero Deschamps, el PRD y Movimiento Ciudadano están dispuestos a protegerlo.

@RasCisneros

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