Ciudad de México.- Aficionado al boxeo y a sus casi 66 años, el líder del sindicato de trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, Fernando Espino Arévalo, está por alcanzar 18 años de fuero constitucional.
Está en la antesala de alcanzar su tercera curul en San Lázaro por la vía plurinominal porque se encuentra en el número 7 de la lista de candidatos a diputados federales de representación proporcional en la cuarta circunscripción, donde está el Distrito Federal, por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Desde el 2000 a la fecha, el originario del estado de Michoacán y quien ha estado al frente del sindicato de los trabajadores del Metro de la Ciudad de México, ha sido legislador local y federal de manera consecutiva.
Ha «brincado» de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) a la Cámara de Diputados varias veces. Del 2000 al 2003 fue electo diputado local; del 2003 al 2006, fue diputado federal. Para el siguiente trienio, fue asambleísta nuevamente y del 2009 al 2012 ocupó otra vez una curul en San Lázaro.
Actualmente es asambleísta y es el líder de la bancada del PRI en la ALDF. Participó en la Comisión Investigadora del caso de la Línea 12 del Metro que hoy cumple más de un año prestando el servicio a la mitad por fallas técnicas.
De profesión es ingeniero eléctrico por el Instituto Politécnico Nacional (IPN). Su trayectoria sindical y legislativa no ha estado exenta de señalamientos y escándalos.
En el 2002, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador en el Distrito Federal buscó desaforarlo porque promovió la suspensión del servicio en las líneas del metro como la 9. La petición no prosperó, pese a la solicitud que realizó la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF). En ese entonces, tenía alrededor de 15 averiguaciones previas por diversos delitos.
También ha sido señalado de nepotismo -pues familiares laboran en el Metro- e incluso de que sus cercanos han conseguido contratos del Metro como ocurrió, sin licitación, su hijo obtuvo el contrato para el comedor de empleados por 35 millones de pesos en 2011 y 43 millones en 2012.
El semanario Proceso. edición 1940, informó que Espino Arévalo, aficionado del Box, tenía en la nómina del Metro a 30 boxeadores y entrenadores, como si fueran empleados públicos, bajó la justificación de “apoyar el deporte”.
En 2013, tras dichos escándalos, Consejeros políticos del PRI capitalino pidieron a la dirigencia de su partido, la separación y suspensión de derechos políticos del diputado local Fernando Espino Arévalo, argumentaron que no podían tolerar sus presuntas implicaciones en delitos.
Ha recibido críticas de priístas como Edgar Mereles “ha sido un político con una ética muy débil en cuanto a su lealtad institucional, pues ha pasado del PRI al Verde, del Verde al Panal, y de éste otra vez al PRI, lo que demuestra que no coincide con un ideario, con un proyecto político».
Hoy Fernando Espino Arévalo pelea una curul en San Lázaro por la vía plurinominal.
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