José Sarukhán presenta las memorias de sus ocho años como rector en la UNAM

Ciudad de México.-El doctor Sarukhán Kermez, ganador del Premio Tyler —considerado el Nobel de la Ecología— explicó en la introducción: “Hace  dos décadas, en enero de 1997, culminé mi segundo periodo como rector de la Universidad Nacional Autónoma de México…, pero hace apenas un par de años tomé, finalmente, la decisión de escribir lo vivido durante ocho años en la Torre de Rectoría de la Universidad”.

Y añade que “esos ocho años han sido los más intensos y privilegiados de mi vida, de por sí privilegiada. Privilegiada por lo mucho que he recibido de este país al ser hijo de inmigrantes… y por haber servido a una comunidad de colegas académicos en una institución, la UNAM, que ha sido, en muchos sentidos, columna vertebral del desarrollo de México y forjadora de su carácter como nación”.

José Sarukhán escribe sobre su proyecto educativo: “La academización de la UNAM fue la idea central que dio unidad y sentido a mi administración”.

Respecto a su puesto en la máxima casa de estudios, dice en la introducción del libro, que “no puede ser la acción solitaria de una persona. El rector tiene que estar asistido por un conjunto de colaboradores cercanos, compuesto por personas lo más calificadas posible, y, sobre todo, por el mejor cuerpo de dirección académica en cada una de sus dependencias. El reto era magnífico, es decir, grande a la vez que espléndido”.

Desde el sexto piso está prologado por Gonzalo Celorio y se divide en diez capítulos que van desde el nombramiento como rector, su visión sobre la UNAM, sus primeros meses en el cargo, la estrategia de academización, los estudiantes, recursos y financiamiento, difusión y comunicación, los sucesos en la máxima casa de estudios, el entorno y el fin de sus ocho años de rectorado. El libro cierra  con sus reflexiones finales, un apéndice de directores y un índice onomástico.

LA PRESENTACIÓN. El Teatro Juan Ruiz de Alarcón, del Centro Cultural Universitario, fue el lugar donde el rector de la UNAM, Enrique Graue, Javier Garciadiego Dantan, Juliana González Valenzuela, Leonardo Curzio, comentaron el libro del doctor José Sarukhán, y como moderador José Carreño Carlón, director general del Fondo de Cultura Económica, informa un comunicado de la máxima casa de estudios.

Además, los exrectores Guillermo Soberón y Francisco Barnés de Castro, así como profesores e investigadores eméritos de la UNAM, integrantes de la Junta de Gobierno y estudiantes, asistieron a la presentación del volumen.

En ese sentido, el rector Enrique Graue Wiechers afirmó que este libro, además de ser una hilvanada narrativa histórica, contiene las convicciones, esperanzas y expectativas de José Sarukhán, “quien procuró lo mejor para la UNAM”.

 “Su lectura, para mi, fue aleccionadora. Es cierto que las experiencias nunca son iguales, en algunos casos las realidades son diametralmente opuestas; en otros, los problemas persisten o guardan similitudes con aquellos que el rector Sarukhán enfrentó”.

Javier Garciadiego Dantan,  historiador e integrante de la Junta de Gobierno de la UNAM, recordó que los años en que el ecólogo dirigió la Universidad, debió encauzar sus esfuerzos para sacarla de los conflictos políticos y estudiantiles, y recuperar el impulso a la academia. “Su lema podría haber sido: poca política y mucha academización”.

Javier Garciadiego señaló que desde el sexto piso de la rectoría sólo se divisa la Ciudad Universitaria, pero dirigir la Universidad Nacional implica ser la cabeza del sistema universitario del país.

 Por lo anterior, consideró que escribir sus memorias debe ser el último de los compromisos de los rectores. “Estas obras ayudarían a mejorar el sistema universitario, conocer sus posibilidades y problemas a través de sus protagonistas; detectar los retos y riesgos, los aciertos y errores y los problemas pendientes. Todos estos aspectos los contiene el libro de Sarukhán”.

La profesora emérita de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL), Juliana González Valenzuela, expuso que la academización de la UNAM implicó no dejar espacio para que se convirtiera en una institución doctrinaria y que se distrajera de sus funciones sustantivas de docencia, investigación y difusión de la cultura.

Destacó que en la gestión de Sarukhán —de 1989 a 1996— se desplegaron múltiples programas que estimularon el liderazgo académico, la productividad y el apoyo a proyectos de investigación, lo que permitió que los académicos salieran de la zona de confort. “La UNAM superó inercias y afanes politizantes de maestros y estudiantes”.

El periodista e integrante del Centro de Investigaciones sobre América del Norte, Leonardo Curzio, indicó que Sarukhán impulsó un proyecto en el que el mérito y la productividad contaban, al igual que la vida colegiada.

Desde el sexto piso expone que ser rector implica más que ostentar un cargo académico administrativo: los rectores de la UNAM son reconocidos y respetados por las instancias políticas, sus opiniones cuentan porque tienen la representación de una institución que alberga la conciencia crítica y fundamental para el acontecer nacional”.

Leonardo Curzio dijo que es verdad que el rector es la cabeza de una estructura colosal como la UNAM, “pero también es cierto que la persona cuenta. Tener a un sabio como José Sarukhán le cambió la vida a la institución. No era un político, pero consiguió entender como ningún político que la Universidad vivía una disyuntiva y optó por la academización que tanto brillo y esplendor le dio a esta casa de estudios”.

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