EU construye en África base para drones militares

Ciudad de México.- En las arenas del desierto del Sahara, la fuerza aérea estadounidense está construyendo una base para drones de uso militar, que constituyen un nuevo frente de combate en la lucha contra el extremismo en la vasta región del Sahel africano.

Ya hay tres hangares y las primeras capas de una pista de aterrizaje en medio del desierto. La Base Aérea 201 de Níger comenzaría a funcionar a principios del año que viene. Se encuentra a pocos kilómetros de la ciudad de Agadez y fue pedida por el gobierno de Níger. Podrá recibir aviones de combate y drones MQ-9, capaces de cumplir misiones de vigilancia y también de combate. Tendrán un alcance que les permitirá llegar a países del norte y el oeste de África.

Pocos sabían de la presencia militar estadounidense en esta región extremadamente pobre y remota de Níger hasta octubre del año pasado, en que extremistas islámicos mataron a cinco soldados nigerianos y cuatro estadounidenses en una emboscada.

El proyecto cuesta 110 millones de dólares y es el más grande de su tipo en la historia de Estados Unidos, según la Fuerza Aérea. Costará 15 millones de dólares anuales mantener la base en operación.

Por razones de seguridad, ningún funcionario quiso decir cuándos drones albergará la base ni cuántos estadounidenses llegarán a la zona. La presencia militar estadounidense es ya la segunda más grande en África, superada solo por la única base permanente en el continente, en Yibuti.

Se espera que los drones de la base ataquen blancos de al-Qaida y la organización Estado Islámico en países del Sahel, una región al sur del Sahara que incluye la zona alrededor del lago Chad, donde surgió la insurgencia de Bokoo Haram.

Hay quienes temen que los drones no sepan distinguir entre civiles y extremistas.

“Tenemos miedo de caer en la misma situación de Afganistán, donde los soldados estadounidenses cometieron muchos errores al no saber distinguir entre una boda y una entrenamiento de una organización terrorista”, comentó Nouhou Mahamadou, un líder cívico.

“La presencia de bases extranjeras, sobre todo estadounidenses, es una grave entrega de nuestra soberanía y un grave ataque a la moral de las fuerzas armadas de Níger, señaló.

La cantidad de personal militar estadounidense en Níger ha ido subiendo en los últimos años, para pasar de 100 a 800, cifra superada solo por los 4.000 que hay en Camp Lemonnier, en Yibuti. Unas 500 personas trabajan en la construcción de la base.

“La ubicación en Agadez mejorará la recolección de información a compartir con Chad, Nigeria, Malí y otros países de la zona, y mejorará la capacidad de responder a asuntos vinculados con la seguridad nacional”, declaró Samantha Reho, portavoz del Comando de África.

Algunos residentes de Níger ven con buenos ojos la llegada de las fuerzas estadounidenses ante la creciente presencia de extremistas en la zona.

“El norte de Malí es hoy tierra de nadie, el sur de Libia incuba terroristas y el noreste de Nigeria es terreno fértil para Boko Haram. Níger no puede velar por su seguridad”, afirmó Souleymane Abdourahmane, promotora de un restaurante de Niamey, la capital.

Las fuerzas armadas estadounidenses recurren al uso de drones en momentos en que retira muchos de sus efectivos del frente de combate. El objetivo ahora es asesorar y ayudar a los aliados en África, señaló el jefe del Comando Especial para África, Marcus Hicks.

Ibrahim Maiga, investigador del Instituto para Estudios de Seguridad basado en Malí, dijo que hay que saber más de la presencia militar estadounidense en la región.

“Es difícil saber en qué andan y evaluar su efectividad”, expresó. (AP) 

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