Ciudad de México.- Desde el primer piso del edificio ubicado en Plaza de la Constitución número 2, donde se encuentran las oficinas de la Secretaría de Gobierno de esta ciudad, hay quien mira con recelo y codicia hacia la avenida Álvaro Obregón 269, en la colonia Roma, allá donde se localiza la Secretaría de Movilidad.
La desconfianza y la sospecha crecen en el corazón de la secretaria de Gobierno, Patricia Mercado, quien observa cómo su predecesor en el cargo, el oscuro Héctor Serrano, secretario de Movilidad, actúa como si aún fuera el segundo al mando de la administración pública local.
Y en los hechos así son las cosas. El vampiresco Serrano se ha metido en las tareas y encomiendas que, por razones del cargo, le corresponderían asumir a una Patricia Mercado a quien pareciera que le queda grande la silla de la Secretaría de Gobierno.
Por la experiencia política que tiene se pensaría que la señora podría lidiar con personajes sacados de historias de terror, como ese Béla Lugosi chilango que conjura desde Alvaro Obregón 269.
La señora debería saber ya cómo actuar con personas como Serrano. No aprendió la lección ni de los raspones que le dejaron los tratos hechos con gente como Ignacio Irys Salomón en el desaparecido Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina.
Patricia Mercado parece rebasada.
Nada de éxito tuvo para tratar de influir en el nombramiento del coordinador de la bancada del PRD en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF). La posición es de Serrano, quien negoció para colocar ahí a Leonel Luna y tejió fino para evitar una fractura con Víctor Hugo Romo.
El secretario de Movilidad ha hecho la tarea, pero no para mejorar las condiciones de tránsito y transporte en esta ciudad, sino para alcanzar acuerdos políticos y de gobernabilidad en su favor y para su jefe, Miguel Ángel Mancera.
Serrano ha logrado desarticular a la corriente interna perredista que significaba un problema para la consolidación de su Vanguardia Progresista. Gracias a este Béla Lugosi, los bejaranistas están disminuidos a niveles de ignominia y el proceso de desintegración del grupo de Bejarano sigue.
Si a Serrano le funcionan las negociaciones que sostiene con el PAN y el PRI, evitará que el obradorismo, a través de Morena, se haga con la Presidencia de la Comisión de Gobierno de la ALDF. Esa poderosa posición podría ser también para los Progresistas.
¿Y la señora Mercado? Se la ha pasado enfrentando a unos combativos vecinos que se oponen a las obras viales de la avenida Río Mixcoac –por cierto, cilindreados por Morena-, y sin el apoyo en esas negociaciones de Héctor Serrano, a quien por responsabilidades propias de su cargo sí le correspondería estar ahí.
Pero como ya mencioné en una colaboración anterior, este señor es un Drácula, quien ha sido designado para cuidar un banco de sangre.
Pero el negro en el arroz de esta historia es que Miguel Ángel Mancera ha dejado hacer a su subordinado; le ha dado manga ancha para operar y negociar, sin importar que le haga sombra y le reste capacidad de maniobra a la secretaria de Gobierno.
¿Cuánto aguantará ella? ¿Cómo responderá si es que lo hace? Lo único cierto es que desde las oficinas de Plaza de la Constitución número 2 ya velan armas, porque no piensas quedarse con los brazos cruzados. ¿Usarán el ajo y las estacas? Al tiempo.
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