Clara Luz Flores y sus charlas con Raniere

Ciudad de México.- La política es, en ocasiones, como el futbol, ya que gana quien menos errores comete. Clara Luz Flores cometió uno muy grande al negar que conoció, en algún momento, a Keith Raniere, el líder de la secta NXIVM, y quien se cuenta en la cárcel por delitos sexuales y de crimen organizado.

Adrián de la Garza, el aspirante del PRI a la gubernatura de Nuevo León, hizo público un vídeo, de una hora,  en el que la candidata de Morena conversa con Raniere y le pide consejos, inclusive sobre el populismo.

Por lo que se desprende de la charla, la candidata, entonces alcaldesa de Escobedo, se debatía entre impulsar políticas impopulares, pero necesarias, o de plano entregarse a los deseos de los electores.

El vídeo es largo, de una hora, y queda claro que es la conclusión de conversaciones previas. Un desastre, para dos personas que jamás se conocieron.

Raniere la aconseja e interroga. En general lugares comunes, nada que no le hubieran dicho en zonas menos riesgosas y comprometidas, aunque quizá nadie, en ese momento, sabía cómo terminaría el fundador de NXIVM.

Flores y sus asesores deberían saber que el tema era explosivo y que más valía aclarar sus alcances. Tuvo la oportunidad de hacerlo en una entrevista con el periodista Julio Hernández, pero prefirió escabullirse y hasta hacer un chiste con las siglas de la organización.

No se puede volver en el tiempo, pero habría sido mucho menos dañino el aceptar la vinculación y el esclarecer en qué consistió y hasta dónde llegó.

Quizá optaron por la estrategia del avestruz, esperando que el escándalo no los alcanzara como ya lo hizo.

Por ello, es poco factible que las explicaciones de Flores al responder la revelación sean muy eficaces. En efecto, fue sorprendida por el ahora convicto a 120 años de prisión, como tantos otros que “querían superarse”, pero insisto, la debilidad estriba en el tiempo de hacer las precisiones.

Es difícil saber qué tanto puede afectar esto en las aspiraciones de Flores, pero en una contienda que puede cerrarse, todo influye, y más en un ambiente que empieza a descomponerse.

Además, mintió en un primer momento y ello compromete cualquier explicación, ahora y en el futuro. Entró en un terreno pantanoso en el que cada revelación o contradicción puede convertirse en una verdadera explosión.

Flores jugó rudo, al tratar de implicar a De la Garza en complicidades con el ex gobernador Rodrigo Medina, pero le respondieron rápido y contundente.

La aspirante de Morena seguramente optará por culpar a los adversarios de la crisis en la que se encuentra, pero haría bien en analizar el comportamiento de quienes ahora la acompañan en su afán de convertirse en gobernadora, para saber que los juicios populares y el veneno de la sospecha son la marca de la casa, cuando se trata caracterizar a los otros.

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