Ciudad de México.- El asesinato de un juez federal que tuvo a su cargo casos del crimen organizado habría sido en represalia por su trabajo, consideró el gobierno.
"Estaba haciendo su trabajo y murió por hacer su trabajo", dijo la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, quien detalló que conoció personalmente al magistrado y que la noticia ha sido "terriblemente difícil" para ella.
"Tenía, hasta donde tenemos conocimiento, algunos juicios de personajes de la delincuencia organizada y estaba haciendo su trabajo y lo estaba haciendo bien", dijo Sánchez Cordero durante la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador.
El juez Uriel Villegas fue asesinado a balazos el martes junto con su esposa por un grupo armado que irrumpió en su casa en el estado de Colima, donde también estaban sus dos hijas menores de edad y una empleada doméstica, que sobrevivieron al ataque.
Había actuado como magistrado en el estado de Jalisco y, según la prensa mexicana, estuvo a cargo del caso de Rubén Oseguera, hijo de Nemesio Oseguera "El Mencho", líder del poderoso cartel Jalisco Nueva Generación.
Villegas ordenó en 2018 el traslado de Oseguera hijo a un penal de Oaxaca, desde cual fue extraditado a Estados Unido en febrero.
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