Ni el sismo detuvo la confrontación. Hace unos días leía en Twitter que debería de temblar, porque es cuando realmente los mexicanos nos unimos y solidarizamos unos con otros.
Bueno, pues el martes hubo sismo y las descalificaciones continuaron desde todos los bandos de la política mexicana.
Quizá fue porque no hubo caída de edificios, aunque sí se reportaron dos fallecidos, uno en Guerrero y otro en Puebla.
El temblor provocó un gran susto en millones de personas que sintieron el movimiento telúrico de magnitud 8.1
Realmente el mensaje en Twitter se refería a acabar con la polarización desde Palacio Nacional y que tiene respuesta de opositores y usuarios de redes sociales.
No va a suceder. Las descalificaciones, la confrontación y las calumnias desde las conferencias matutinas se mantendrán hasta el final del sexenio.
El presidente López Obrador está en contienda permanente, porque es la manera en que se comunica con sus seguidores.
Actúa siempre como si fuera opositor y no como gobernante; busca y encuentra culpables de lo que su gobierno no es capaz de resolver.
Atiza todos los días en contra del “pasado neoliberal”, medios de comunicación y periodistas, opositores y contra todo aquel que lo critique.
Sí, es demasiado pedir una alto a la polarización y a la confrontación. El ADN presidencial es de pleito para posicionarse ante sus seguidores.
Oposición no es alternativa
Pero por el lado opositor la cosa no es distinta. Son contestarios, pero no tienen propuestas, se dedican a criticar por criticar.
Por eso, el 6 de junio pasado fueron arrasados por Morena, con el presidente López Obrador a la cabeza.
La gente no percibe a una oposición responsable ni es una alternativa a un gobierno que, al menos en la comunicación, es efectivo.
Además, la firma de la “Carta Madrid” entre senadores del PAN y el ultraderechista Vox español, aleja cada vez más al blanquiazul de la gente.
El martes, una mayoría festejaba que ninguna mujer podrá ser encarcelada por practicarse un aborto, pero el PAN no podía explicar porqué se alió con Vox.
Ambos temas polarizan a la sociedad mexicana y continúan generando enojo entre adversarios.
Ningún sismo, por fuerte que sea, detendrá la confrontación. Esta continuará al menos hasta el último día de septiembre de 2024.
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