México, un país peligroso para la comunidad LGBT+

Comunidad LGBT en México

De acuerdo con la Cámara de Diputados, México ocupa el segundo puesto a nivel mundial en crímenes de odio contra la comunidad LGBT+.

El último resumen ejecutivo de Muertes Violentas De Personas LGBT+, registró 78 homicidios violentos por motivos de orientación sexual, identidad o género. 

En la información se desglosó que, con 55 trans-feminicidios, las mujeres transgénero son las más violentadas, seguidas por los hombres homosexuales con 19 casos reportados. 

En 2019, la diputada Lorena Villavicencio Ayala confirmó que México es el segundo país con el mayor registro de crímenes de odio contra este grupo, tan solo después de Brasil.

Además del riesgo de muerte constante, los miembros de la comunidad LGBT+ deben lidiar con el umbral de la discriminación debido a la intolerancia. 

En el Boletín N°. 1159 de la Cámara de Diputados, se aseguró que 7 de cada 10 integrantes de la comunidad LGBT+ son discriminados y el 75 por ciento refirió sentir hostilidad en el trabajo. 

Demografía del odio

En Latinoamérica, el promedio de vida de una persona trans es de 35 años, asegura Noticieros TELEVISA. 

Por su parte, Veracruz encabezó la lista de delitos por razón de orientación, expresión e identidad sexual por cuarto año consecutivo.

Este fue el estado más violento con 10 casos, seguido por Guanajuato con 9, el Estado de México con 7 y Chihuahua con 6, según lo reportado por la organización civil LetraEse.

La Ciudad de México, ilusiva metrópoli del cambio, también se ha decretado como una de las ciudades más peligrosas para la comunidad. 

Un país peligroso para la comunidad LGBT+

Esta situación ha obligado a las autoridades a tomar iniciativas que favorezcan al reconocimiento y ampliación de los derechos humanos de este sector. 

La diputada Villavicencio asegura que reconocer la identidad de género ayuda a erradicar la discriminación institucional, ya que se ganan derechos para poseer documentos oficiales, acceso a servicios de salud, educación y trabajo. 

Por este motivo, se creó una ley que reconoce de forma legítima la identidad de género de las personas trans. 

El artículo 135 bis entiende por identidad de género a: 

“La convicción personal e interna, tal como cada persona se percibe a sí misma, la cual puede corresponder o no al sexo asignado en el primigenia”. 

Sin embargo, incluso con cambios en la jurisdicción, esta población vulnerable ha quedado marginada en la elaboración de políticas públicas para frenar su discriminación ante la intolerancia arraigada. 

Debido a esto, reside una gran responsabilidad en la labor comunitaria. La creación de conciencia es imprescindible para un cambio de pensamiento. 

Los trabajos por parte de la política mexicana han sido lentos y distintos para cada estado, aunque con resultados progresivos. 

No obstante, los esfuerzos deben sumar otro tipo de normas que incluyan a la educación sexual, conciencia de los derechos humanos y campañas de no discriminación en los primeros grados de formación escolar. 

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