Saludos Ciudad de México…
Nos hemos enterado que…
La jefa de Gobierno Clara Brugada ha aprovechado muy bien el vacío que dejó la salida de Juan José Serrano Mendoza de la Contraloría capitalina para poner a uno de sus incondicionales como encargado de despacho.
Se trata de Guillermo Rocha Ramos, quien se desempeñó como director de Administración en la alcaldía Iztapalapa durante los años en que Brugada fue la titular de la demarcación.
Rocha ocupa la silla que dejó vacía un polémico Serrano, quien llegó al puesto para un periodo de seis años y como pago de un favor por parte de Claudia Sheinbaum pues, como abogado de los niños que fallecieron en el Colegio Rébsamen derivado del sismo de 2017, logró sentar a los papás de los menores con la futura jefa de Gobierno.
Serrano inició su periodo en diciembre de 2018, pero pasó de noche en la Contraloría y se le recordara más por escándalos como su costosa asistencia al Super Bowl en Arizona hace dos años.
Tal parece que la Contraloría se ha convertido en el espacio adecuado para el pago de cuotas o favores, pues la actual jefa de Gobierno pone a su incondicional Guillermo Rocha a maniobrar con las auditorías en favor o en contra de los amigos y enemigos.
También parece que Brugada ya traía muy cocinado este plan, pues colocó a Rocha desde el 16 de diciembre del año pasado en el organigrama de la Contraloría, con el puesto de Director General de Coordinación de Órganos Internos de Control en Alcaldías, cargo que legalmente le permite ser encargo de despacho.
Además, Brugada ha dejado pasar las semanas sin enviarle al Congreso capitalino la propuesta de un nuevo contralor. Ya va un mes que inició el periodo ordinario de sesiones y ni sus luces de que llegue la propuesta a Donceles y Allende.
Por lo pronto, Guillermo Rocha ya está muy asentado en la oficina, donde firma acuerdos, avisos, calendarios presupuestales y todo lo propio de una institución tan estratégica como la Contraloría.
Somos Anonymous, no olvidamos…