Libros de Texto Gratuitos, a la hoguera ideológica

Mi amigo

Libros de Texto Gratuitos. Los Libros de Texto gratuitos son uno de los logros de la política educativa.

Cuestionados o hasta vilipendiados, han significado un apoyo para generaciones y generaciones de niños y niñas.

En muchos hogares, por las condiciones de pobreza, son los únicos libros que se conservan.

Por eso son un factor muy apetecible para quienes pretenden influir desde la ideología en la formación de los ciudadanos del futuro.

Hasta ahora habían resistido los intentos de transformarlos en algo que no deben ser.

En la 4T saben la utilidad que puede tener la distribución masiva de textos que adoctrinen y confundan.

La superficial idea que tienen del pasado y que esparcen en discursos de odio, ahora puede ser llevada a las propias aulas.

Ese es el plan de la SEP y avanzó sin que se percibiera su riesgo.

Porque la sociedad estaba ocupada de atender otros asuntos, también muy graves, pero acaso no tan trascendentes.

Libros de Texto Gratuitos

Las ideas de proporcionar materiales de lectura accesibles, para los estudiantes de los primeros niveles, se remontan a la presidencia de Benito Juárez.

Y, posteriormente, a los proyectos impulsados por Justo Sierra durante el porfiriato.

Pero fue hasta 1959 cuando Adolfo López Mateos establece la Comisión de Libros de Texto Gratuitos.

El secretario Jaime Torres Bodet y el escritor Martín Luis Guzmán, resultaron piezas claves para la tarea fructificara con la impresión de 16 millones de ejemplares que se repartieron, sin distinción, en las escuelas públicas y privadas.

La historia, por supuesto, es basta, pero conviene tener presente que se trata de un esfuerzo de construcción institucional, un patrimonio.

Ahora, como tantas otras cosas, los Libros de Textos Gratuitos están en riesgo, como nunca antes, como no imaginaron los sectores más reaccionarios, a los que nunca les gusto la idea de lo masivo, la edificación de un país de convivencia y pluralidad.

Con la idea de borrar el pasado que llaman, sin rigor alguno, “neoliberal”, los libros que reciben los alumnos de las escuelas de educación básica, serán sustituidos, por un amasijo de consignas y descalificaciones que, en teoría, impulsarán una visión comunitaria, una especie de homilía cotidiana de la 4T.

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