La Línea 1 y el financiamiento. La Línea 1 del Metro de la Ciudad de México es un asunto delicado en geopolítica y la política interna con miras al 2024.
En primer lugar y un tema del cual se ha polemizado poco es sobre el consorcio chino CRRC Zhuzhou Locomotive que ganó la licitación por 37 mil millones de pesos.
La empresa enfrenta escándalos desde el gobierno de Enrique Peña Nieto, luego de que se cancelara el Tren México-Querétaro.
En ese entonces, el motivo fue que la empresa china tenía nexos con grupo Higa y acababa de estallar el escándalo de Peña Nieto y la Casa Blanca de su ex esposa Angélica Rivera.
Pero detrás de ese asunto local ya había advertencias del expresidente de Estados Unidos Barack Obama sobre el presunto nexo de la empresa con el Ejército Rojo de China.
En Estados Unidos tienen reserva con la empresa contratada por la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, para la mayor inversión de su sexenio, porque ha tenido una penetración agresiva en América Latina.
Incluso el también expresidente Donald Trump prohibió inversiones estadounidenses en 31 empresas chinas entre las cuales está la compañía que modernizará la Línea 1 del Metro.
Hay un dato a destacar en torno a la empresa Thales que tiene alianza con CRRC.
La empresa asegura tener plantas en México con mil 400 trabajadores cuando en la página oficial de Latinoamérica dice tener 650. Ese dato fue revelado por el periodista Jesús Rangel de Milenio.
Y algo que quedará para el análisis es la forma en la que CRRC dejó fuera de la licitación a CAF, en un proceso que estuvo en manos de la ex directora del Metro Florencia Serranía.
La Línea 1 y el financiamiento de Sheinbaum a China
Hay especialistas que señalan a la empresa china por prácticas de “dumping” y al analizar la diferencias de los montos presentados en la licitación salta a la vista las dudas generadas al respecto.
Otro dato que vale la pena considerar es que de acuerdo con el líder sindical del Metro, Fernando Espino, la empresa china “no cuenta con experiencia alguna en la fabricación y operación de trenes sobre neumáticos”.
Por ello, la operación de los 29 trenes adquiridos serán materia de observación en cuanto entre en funcionamiento.
La empresa ya tiene un planta con operación en Querétaro para garantizar la producción de materiales de manos mexicanas y podría incluirse ahí a los trabajadores del Metro.
En ese tenor, está puesta la mira en la empresa que ganó el contrato a 19 años, sobre todo para efectos del mantenimiento que en el caso de la Línea 12 fue la parte total del conflicto.
En la parte política, Sheinbaum va a tener que enfrentar el costo de su decisión que sin duda influirá en el ánimo de los electores de la encuesta programada para septiembre de 2023, donde se definirá al candidato presidencial de Morena.
La apuesta de Sheinbaum es alta porque para ese entonces puede ser que el mal esté hecho en cuanto a la molestia que va a significar cerrar la columna vertebral del Metro por más de 8 meses, si es que todo sale bien.
Lo que se puede reconocer es que se haya tomado una medida urgente, pero hasta cierto punto es lo más sensato después del riesgo en el que han mantenido a los usuarios del Metro por evitar su modernización con cálculos políticos.
La Línea 1 y el financiamiento de Sheinbaum son un proyecto que no sólo puede dinamitar sus aspiraciones futuras y sumar un conflicto a Andrés Manuel López Obrador, sino condenarla en los próximos años por el resultado de los acuerdos comerciales con China ante cualquier desperfecto, en la que ya es una nueva deuda para los habitantes de la CDMX.
NOCAUT.
Claudia Sheinbaum está en un lío jurídico con el Instituto Electoral de la CDMX al que debe aumentarle el presupuesto.
La Jefa de Gobierno considera que el Tribunal Electoral capitalino se excedió en sus facultades.
Pero ignora el precedente jurídico que sentó el INE al ganar la controversia constitucional ante la primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Habrá un nuevo debate sobre el recorte del IECM que ha sido a todas luces ilegal.
Lo más relevante es que deja en evidencia el peligro que representa Sheinbaum para la democracia.
¡Abrazos, no periodicazos!
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