Disputa por la socialdemocracia

¿Socialdemocracia o liberalsocialismo?

En los tiempos políticos que corren prácticamente todas las organizaciones opositoras han abandonado el terreno de las ideas.

Dejaron de lado uno de los componentes fundamentales de toda acción transformadora que es representativo de la disputa por la hegemonía cultural.

Olvidaron que para ganar la confrontación al populismo deben deslegitimarlo en el plano simbólico y práctico, con propuestas y señales concretas de renovación.

Un proceso de centralidad del pensamiento o de la filosofía de la praxis, orientado a socializar valores, creencias, normas y comportamientos en torno a proyectos políticos compartidos.

Lo grave de este abandono es la ausencia de propuestas sobre la sociedad del futuro que reclaman los ciudadanos.

La crisis de los articulados sistemas ideológicos que en el pasado ofrecían esperanza y legitimidad respecto al orden político, han dejado su lugar a un extendido pragmatismo que ha vaciado de contenido la acción política mexicana.

Este eclipse de los ideales acontece mientras diversas organizaciones partidarias reclaman para sí la ruta de la socialdemocracia.

Una corriente política que surgió a finales del siglo XIX y principios del XX como una respuesta a los graves problemas sociales y económicos derivados de los procesos de industrialización y urbanización.

Socialdemocracia

Desde entonces, el ideal socialdemocrático se ha confrontado con otros proyectos que perciben el mundo a través de una visión moralista y autoritaria de la política.

Actualmente, las formas modernas del populismo mesiánico representan una amenaza a las libertades y los derechos.

En contraposición a ellas, la socialdemocracia defiende la idea de que el Estado debe jugar un papel activo en la regulación del mercado y la protección de los derechos sociales, económicos, ambientales y políticos de todos los ciudadanos.

Además, la socialdemocracia no busca abolir la propiedad privada sino por el contrario, regularla para evitar abusos y promover la justicia social.

La socialdemocracia representa un modelo político que ofrece, en palabras de Norberto Bobbio, un método y no una meta.

Indica una tercera vía para alcanzar una sociedad superior, más libre y participativa, que puede ser concretada solamente a través de procedimientos democráticos.

Afirma que todo proyecto de Estado social y democrático de bienestar debe defender la participación, la igualdad de derechos y el orden constitucional.

Sus esfuerzos se basan en combinar el igualitarismo liberal que considera irrenunciables las titularidades ciudadanas, con la satisfacción de las necesidades de las personas a través del principio de solidaridad.

Implica un equilibrio entre derechos individuales y justicia social.

Fortaleza ciudadana 

A diferencia de otros proyectos políticos, la socialdemocracia fortalece al ciudadano en su relación con el Estado.

Las elecciones del 2024 representarán la confrontación entre dos modelos de país: el oficialista de tipo populista que promueve las políticas sociales con esquemas de control clientelar y el opositor de tipo socialdemócrata que pretende una renovación de nuestro régimen político para empoderar al ciudadano.

El primero sería la continuación autoritaria de la desarticulación institucional del proceso de construcción de ciudadanía emprendido por México hace décadas, mientras que el segundo pretende la relevancia ciudadana a partir de un programa de reformas que atienda las crecientes desigualdades sociales, económicas y políticas, y que proteja –contemporáneamente- la paridad efectiva de las oportunidades.

En México diversos partidos de centroizquierda se disputan el programa socialdemócrata, el cual hasta ahora solamente proyecta un conjunto de enunciados políticos cuyos contenidos aún son un enigma para el conjunto de la población.

Los partidos deben identificar la vía para el desarrollo de una política moderna que trascienda la actual realidad de corrupción, injusticias y degradación de la vida pública de nuestro país.

Para cambiar el errático rumbo político que se vive actualmente, se requieren propuestas que den forma a nuevos modelos de ciudadanía.

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