La seguridad y la migración, dos aristas de la relación de México y Estados Unidos que sacarán chispas.
El declarar a los cárteles de las drogas organizaciones terroristas, implicará, por necesidad, ajustes en las estrategias para combatirlos.
Es una decisión del presidente Donald Trump y en el ámbito de la soberanía de los Estados Unidos. Para nuestro país, en cambio, representa un reto y a la vez una oportunidad.
Lo primero porque tarde o temprano se pueden desatar acciones directas y unilaterales. Por ahora no hay nada que indique que así será en el corto plazo, pero puede ocurrir.
Es ahí donde se tienen que meditar los pasos a seguir y quizá lo más adecuado sea enfatizar el combate a las organizaciones criminales más nocivas.
Inclusive se puede aprovechar el marco legal que ya existe. Un juez acaba de solicitar a la FGR que investigue, como terrorismo, el asesinato de Rohita Miller y de otras ocho personas, la mayoría menores de edad, en noviembre de 2019 en Bavispe, Sonora.
La resolución judicial ocurrió por la persistencia de Adrián LeBarón, el padre de la víctima, quien impugnó las resoluciones de los fiscales y logró un mandato que puede significar un cambio y el eventual acceso a la justicia.
Más que espantarse de la semántica de Trump en el caso de los narcotraficantes, hay que hacerlo por la ausencia de estrategias y por los cientos de miles de asesinatos de los últimos años generados por los delincuentes.
Desde México se puede insistir en que se tiene que desarrollar operativos puntuales en contra de las pandillas al norte del Río Bravo, que son las que venden la droga al menudeo, están armadas y en muchas ocasiones tienen sus franquicias en territorio mexicano, como Barrio Azteca en El Paso y Los Aztecas en Ciudad Juárez, donde estos últimos fungieron como brazo armado del cártel que lleva el nombre de esa localidad, pero han evolucionado en dinámicas propias.
Trump anunció el despliegue del Ejército para contener la migración en la frontera con México. La situación, para él, es de dimensiones de emergencia, pero conviene recordar que ya hay movilización militar con ese propósito en la frontera con Guatemala, donde se utiliza a la Guardia Nacional con ese propósito.
Lo dramático, en todo caso, es que se acentuarán los enfoques que criminalizan a las personas migrantes, pasado por alto la legislación internacional de derechos humanos y propiciando crisis de todo tipo.
En la protección de los migrantes y de la comunidad mexicana en Estados Unidos es donde sí se deben cifrar todos los esfuerzos.
Es ahí donde se tiene que proceder con firmeza ante los amagos de Trump y su visión apocalíptica de las fronteras.
Publicado en FORBES MÉXICOForbes México el 21 de enero de 2025.
