Las trabajadoras del hogar laboran en condiciones precarias que las mantienen entre la penumbra producida por aquel paraguas de violencia que recubre al territorio mexicano.
Mucho se ha hablado sobre la violencia adicional que abate a las mujeres que habitan el país.
Ya que, además del fenómeno proveniente de la creciente raíz del narcotráfico, la raigambre se posa sobre el género femenino con más peso cuando se trata de violar los derechos humanos.
Así, en cadencia con la hostil cotidianidad de los habitantes mexicanos, la violencia contra las mujeres ha observado una tendencia al alza en los últimos cinco años.
Sin embargo, existe un subgrupo dentro de esta minoría que es muchas veces silenciado simbólica y literalmente.
18% de las trabajadoras del hogar sufren violencia laboral
Las trabajadoras del hogar representan un sector laboral olvidado por la legislación, lo cual favorece a que estas puedan ser blancos fáciles para recibir todo tipo de violencia.
Según el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED), en 2021, el 17.8 por ciento de las trabajadoras del hogar señaló haber sido víctima de abuso, acoso o violencia dentro de su área laboral.
Y, de este porcentaje, sólo el 5.2 por ciento realizó una denuncia ante la Fiscalía de Delitos Sexuales, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México y la Junta de Conciliación y Arbitraje.
Estas mujeres han reportado, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), tocamientos no consentidos durante su jornada laboral y solicitudes para vestir ropa con connotación sexual.
También se les ofrece dinero a cambio de mantener relaciones sexuales y son víctimas de comentarios sobre su aspecto físico.
Generalmente, estas conductas no son denunciadas por miedo a las represalias laborales que podrían terminar por afectar la economía de las trabajadoras.
Por lo que la realidad de casi una cuarta parte de ellas se sumerge entre el abuso, el hostigamiento e incluso la violación.
Ante la preocupante situación, en marco de la tercera edición del Encuentro Nacional de Trabajadoras del Hogar 2022, el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir (ILSB) discutió sobre la implementación del Convenio 189 de la OIT.
Además de presentar la vía de atención para el combate de este problema que exige una atención urgente.
La lucha civil
Los organismos civiles han arado una tierra que se avecina fértil para la lucha contra la violencia dentro de estos sectores abandonados.
Así, a los esfuerzos de los grupos organizados se suma el apoyo de la Fiscalía de Investigación de Delitos Sexuales, la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (PROFEDET), CONAPRED, INMUJERES, INPI y el Sindicato Nacional de Trabajadoras y trabajadores del Hogar (SINACTRAHO).
Durante el evento, representantes de estas organizaciones confirmaron normalizada la violencia en este tipo de trabajo.
Y, en coherencia con la precariedad de su puesto, la esperanza de una digna atención médica y psicológica resulta inalcanzable.
Por esta razón, Friné Salguero, directora del ILSM, concluyó con la importancia de que las trabajadoras conozcan sus derechos sexuales y reproductivos, así como rutas claras para exigir atención a sus casos.
“El ILSB fortalece a organizaciones de trabajadoras del hogar a través de encuentros como éste en el que se brindan herramientas concretas.
“Como la Ruta de atención en caso de violencia sexual, que trabajamos en conjunto con las instituciones responsables», apuntó.
Esta ruta entremezcla un trabajo efectivo de educación sobre los niveles de violencia sexual, los niveles de atención, los organismos involucrados y los servicios que esos brindan.
Finalmente, es importante señalar que una trabajadora del hogar puede solicitar atención médica, psicológica y legal si esta se encuentra siendo violentada sexualmente.
Aun sin contrato o registro ante la seguridad social, puede también interponer una demanda laboral por hostigamiento.
Además de que tiene la oportunidad de solicitar el pago de indemnizaciones y prestaciones.
Pasos que quedan fijados como marcas que anunciantes de un progreso en el trato digno de las habitantes de uno de los países más peligrosos para ser mujer.
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