Para cada quien un Manzanero

Ciudad de México.- Es difícil esquivar los lugares comunes cuando se habla de Armando Manzanero y es que en su caso lo describen: Gran compositor, interprete mágico, referente de las historias personales de millones personas.

Estoy convencido de que cada quién tiene su Manzanero. Esa es la clave de una biografía musical que impactó en el mundo entero y que significó una importante proyección de nuestro país en la voz de un yucateco monumental.

Esta tarde vi llover, somos novios, contigo aprendí, nos falto tiempo, voy a apagar la luz y tantas otras canciones que forman uno de los listados más interesantes y completos para un cantautor.  

Heredero de la trova, conservó la misión de contar historias, de hacer un relato musical del tiempo que le tocó vivir.

Es por ello que no podemos separarlo de Yucatán y del significado que tiene su tierra en su obra, en su presencia y manera de ser.

Manzanero es atípico, como la península en la que nació, como esa vocación profunda que tienen por lo suyo y que por ello suele adquirir el valor de lo universal.

Hace unos días, el espléndido cronista, Carlos Díaz Barriga, recordaba que Elvis Presley y Frank Sinatra interpretaron sus composiciones.

Manzanero, junto con Agustín Lara y José Alfredo Jiménez establecen un linaje más que poderoso, que trasciende fronteras económicas y culturales, porque arraiga en un conocimiento concreto de las personas.

Toda muerte es prematura y la de Manzanero también lo es y más porque se lo llevó el virus macabro que nos tiene en vilo. Es triste, sin duda, aunque las muestras de cariño dan constancia de una biografía contundente.

El tamaño de su talento permitía un renacer continuo, una fiesta que no paraba y no pararía y que no lo hará, porque siempre, en algún momento, tararearemos, “esta tarde vi llover, vi gente correr y no estabas tú…”

Imprimir artículo Síguenos en Google News

Post más visitados en los últimos 7 días