Maltrato a los indígenas en la 4T

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Luis Eduardo Velázquez Director del diario y semanario digital Capital CDMX

Ciudad de México.- El 1 de diciembre de 2018, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, líder máximo de Morena, se arrodilló en zócalo de la Capital CDMX frente a un indígena que le entregaría el bastón de mando de los pueblos indios de la República.           

Fue un hecho no sólo conmovedor sino histórico porque por primera vez un mandatario reconoció a las comunidades indígenas y coincidió con que la Constitución de la CdMx, que entró en vigor en este año de “cambio verdadero”, también los reconoce jurídicamente y los empodera.

Pero pasaron 11 días para que ese hecho histórico fuera hecho trizas por los gobiernos de Morena en la CdMx y demostraran que la Carta Magna local es hoy en día un catálogo de buenas intenciones.

El 12 de diciembre pasado, de la oficina del alcalde de Morena, Néstor Núñez, salió la orden de levantar a un centenar de indígenas triquis que desde el 5 de diciembre se sentaron afuera del Palacio de Gobierno de Claudia Sheinbaum y la calle de 16 de Septiembre, donde está prohibido el ambulantaje, para pedir un espacio digno que les permita vender sus artesanías.

Una camioneta de la alcaldía y policías llegaron a quitarles su mercancía y hubo golpes para ambos bandos. En medio del conflicto apareció el subsecretario de Gobierno de la CdMx, Arturo Medina, un hombre experimentado en la negociación política, y replegó a la policía para solucionar el conflicto.

Tras una mesa de diálogo, Medina convenció a los triquis de levantar su plantón y ahora tendrán una Feria Artesanal en Paseo de la Reforma.

Los triquis, que residen en Oaxaca, llevan más de una década asentados en la CdMx, incluso han brillado por sus niños que juegan basquetbol descalzos y son campeones. 

La violencia generada contra los triquis demostró que el apoyo del gobierno en la cuarta transformación al día de hoy es pura demagogia y también que el alcalde Núñez no ha leído la Constitución de la CdMx, que en el Capítulo VII, Ciudad pluricultural, en su Artículo 59 establece el Derecho al desarrollo propio de los indígenas.

En ese apartado señala: “Las artesanías, las actividades económicas tradicionales y de subsistencia de los pueblos y barrios originarios y de las comunidades indígenas residentes, tales como el comercio en vía pública, se reconocen y protegen como factores importantes para el mantenimiento de su cultura autosuficiencia y desarrollo económicos, y tendrán derecho a una economía social, solidaria, integral, intercultural y sustentable”.

Hay quienes dicen que los triquis no generan artesanías y compran productos chinos en el Centro Histórico para revenderlos y pueden tener razón, pero lo cierto es que hoy la Constitución capitalina los reconoce y exige a los gobiernos darles condiciones para el desarrollo de una economía digna. 

Para ello se deben generar acciones de gobierno y políticas públicas que les permitan mantener sus costumbres y darles oportunidades para desarrollar su talento. 

De lo contrario se muestra que los indigenas en México sólo son utilizados por la clase gobernante para la foto, pero en los hechos los maltratan y los humillan. Hagamos valer la Constitución y evitemos que siga el atropello para los herederos del país. Ese es el espíritu de la Carta fundacional de la Ciudad de México y se debe hacer valer o será letra muerta. 

Cambio de juego 

El fin de semana pasado, Manuel Negrete, alcalde de Coyoacán, hizo público su deslinde del equipo de Mauricio Toledo, líder territorial del PRD en Coyoacán y quien lo hizo llegar a ese cargo de representación popular.

Para ello formó una asociación civil con comerciantes y adversarios de Toledo como Eduardo Ramírez, quien fue su secretario particular y estuvo preso por actos de corrupción cuando gobernaban Coyoacán.

Negrete desde que asumió el cargo tendió puentes con la jefa de Gobierno de la CdMx, Claudia Sheinbaum, a través de Ricardo Ruiz, líder del Congreso CDMX, con quien corrió muchas mañanas juntos en el parque de Viveros. 

El ex futbolista busca protección y por eso también trae detrás al Movimiento Nacional por la Esperanza de René Bejarano, quien impulsó en campaña a María Rojo. En política como en la vida, nadie sabe para quien trabaja. 

NOCAUT. Vaya exhibida que tuvo la diputada  de Morena Valentina Batres por pedir a gritos a sus compañeros que bajaran del pleno el dictamen de los nuevos comisionados del InfoCDMX. No hubiera habido necesidad de ellos si cumpliendo su labor hubiera asistido a trabajar a la Comisión dictaminadora que integra. Así llega Morena al presupuesto 2019. Suenan las campanas.

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