La explicación inquietante

Ciudad de México.- Hace algunos años era socorrida, entre los altos burócratas, la imagen de la Revolución Mexicana para esquivar explicaciones o para evadir problemas. El consejo era: ante la menor duda, hay que citar un pasaje revolucionario y listo.

Ahora hay una receta similar y es aquella que sitúa a los conservadores como los perpetradores de los males que aquejan al país, los de antes y los de ahora.

El más reciente episodio de esta trama se desarrolló luego del apagón que dejó a 10 millones de usuarios sin energía eléctrica.

Al margen de las consideraciones y explicaciones técnicas, que sin duda las hay, ya que en la Comisión Federal de Electricidad (CFE) hay personal calificado y competente, lo que resulta interesante es la narrativa elegida por el director del organismo, Manuel Bartlett.

Como suele ocurrir las culpas son de otros y del infortunio mismo. Un pastizal con fuego y una pradera encendida en las desventuras que desde hace un tiempo nos aquejan.

Sí, un incendio puso en jaque al sistema eléctrico del país. Sospecho que no se dan cuenta que esta explicación es una de las más inquietantes, por las fragilidades que revelaría y que sin duda son, o debieran serlo, un tema de seguridad nacional.

Las cosas se complican, porque Protección Civil de Tamaulipas, estado donde se originó el incidente, niega conocimiento del mismo y señala que un oficio mostrado por la CFE es falso, ya que la firma no corresponde y la foliación tampoco.

Quizá por ello, el recuso para salir del enredo es decir que hay una campaña para desprestigiar a Manuel Bartlett y que es orquestada por grupos conservadores que buscan la privatización de la CFE.

Como es costumbre no hay nombres de los voraces privatizadores, aunque se desliza la idea que podrían ser de Ibedrola, la compañía española que tantos desvelos genera en Palacio Nacional.

Por supuesto que no hay nada de ello, ni lo habrá, porque nadie compraría una empresa como la CFE, porque no se encuentra a la venta y porque la situación economía solo va empeorar en los próximos meses y quizá años.

Lo de Bartlett es uno de esos casos extraños en los que el presidente Andrés Manuel López Obrador está dispuesto a asumir el costo de mantenerlo en el cargo. Ignoro las causas profundas y mucho menos entiendo la utilidad política de la situación, pero es evidente que ello no cambiará.

Por lo pronto, cuide usted las fogatas y no vaya a ser que tenga que vivir entre velas y al acecho de los privatizadores.

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