Ciudad de México.- Armando Hernández es un abogado de carrera, que tras 15 años de litigios en diversas ramas del Derecho, se decantó por una nueva área en las leyes que ha ido madurando conforme la democracia en la capital de México: el derecho electoral.
En 2013, Hernández no vislumbraba su estancia en del máximo órgano de justicia electoral en la Ciudad de México. En ese entonces, se desempeñaba como empleado del ex consejero del Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) Gustavo Figueroa.
Su vocación ya estaba definida en la rama electoral para ese momento en que se hablaba del Pacto por México y de la futura reforma electoral constitucional, que le dio vida a una nueva época del derecho electoral mexicano y en lo personal cristalizó uno de sus sueños: entrar al Tribunal Electoral del DF (TEDF).
En 2006, Armando Hernández, actual magistrado presidente del TEDF, militó en el Partido Verde Ecologista de México y fue en busca de una curul, pero con poca suerte. Desde entonces tejió amistades con los políticos.
En una oficina amplia, con poca decoración, Hernández promete a Capital CDMX que será un árbitro imparcial en la contienda de 2015, donde los órganos electorales fueron renovados desde la federación para fortalecerlos y evitar que sean instituciones al servicio del gobernante en turno.
«Amistades tengo muchísimas», dice el magistrado y suelta una carcajada. Se serena y confiesa: «tengo más amistades dentro del PRD». Sus vínculos se extienden al Verde Ecologista y otros militantes del PRI y el PAN, aunque se reserva los nombres.
«No podría decir tales y tales son mis amigos o mis únicos amigos políticos son unos porque mi ámbito de relaciones es más amplio», dice el maestro y especialista en Derecho Constitucional y Administrativo.
Egresado de la Facultad Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Armando Hernández tiene una trayectoria laboral que lo vincula al gobierno en turno. Trabajó en la Procuraduría General de Justicia del DF, cuando el actual jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, era procurador.
No obstante, afirma que es una situación que no compromete su desempeño como magistrado electoral porque tiene claridad del papel que desempeña y para el cual fue electo.
El magistrado
A sus 43 años, a pesar del demandante puesto de presidente en el TEDF, es padre de cuatro hijos, dos hombres y dos mujeres.
Una de sus pasiones es el estudio y por esta vía es como se ha dedicado a impartir clases en diferentes escuelas y desempeñándose en el área de servicio público; principalmente, en el Derecho Parlamentario, Derecho Electoral y los Derechos Humanos.
El magistrado afirma que en sus tiempos libres estudia y practica la filosofía budista, basándose en superación personal, estudio, prácticas de espiritualidad y desarrollo personal.
Siempre ha tenido respeto a la familia, por ello, a lo largo de su vida ha tenido tres matrimonios, de los cuales los dos últimos son con la misma mujer.
Su vínculo con el derecho es más bien una herencia: sus padres son abogados al igual que él. Recuerda que fue en el despacho de su padre donde comenzó a trabajar y de ahí vino una larga carrera de 15 años en litigios.
Aunque su madre dejó inconclusa la carrera al casarse, siempre ha sido un ejemplo a seguir la imagen de sus padres apegados a las leyes.
¿Elección de Estado?
Armando Hernández forma parte de una nueva época del derecho electoral en México a causa de la reforma electoral que puso fin al federalismo en la materia, que era uno de los más avanzados.
Considera que cada proceso electoral implica un nuevo marco normativo y en cada uno se tienen reformas, por lo que se tracduce en un proceso inacabado.
«El derecho electoral en términos generales se enfoca al principio de desconfianza, es decir, construimos normas para evitar la desconfianza de la sociedad en el marco normativo y no acabamos el proceso. Sigue habiendo cambios y cambios», afirma el presidente del TEDF.
Opina que la última reforma fue «un proceso inacabado», porque es una reforma que pretendía transitar de un modelo federal a un modelo nacional donde un órgano central absorbiera todas las funciones electorales de los estados y las federal.
«Desde un punto de vista meramente teórico es que ese proceso tendrá que terminar con otra reforma ya sea para regresearles a los Estados sus facultades o para terminar de centralizar el modelo de procesos electorales», augura el experto en derecho electoral.
– ¿Hay un desastre electoral con tantas correcciones?
No, yo creo que no. Es difícil pensar en un desastre electoral, hay instituciones ya arraigadas , hay normas, procesos, los propios actores políticos la experiencia que tienen. Yo no veo una posibilidad de un desastre electoral en las condiciones actuales ni siquiera con el caso de Guerrero que tiene una condición delicada veo posibilidades de hablar de un desastre electoral, tendrían que cambiar las variables y las condiciones de un movimiento social, que tampoco lo veo imposible pero no en este momento.
– En la Ciudad de México ¿se vive una elección de Estado?
No veo una elección de estado, al revés veo una elección donde va a haber cambios en la geopolítica del DF donde previsiblemente nuevos actores emergentes cambien la fuerza internas y que la conformación de la propia Asamblea Legislativa no sea como se había venido dando en épocas anteriores una asamblea mayoritariamente de un partido político a fin al jefe de Gobierno.
– ¿El PRD usa el aparato de las delegaciones?
No estoy muy seguro si pudiéramos hablar de partido como tal o del aparato del partido en la delegaciones. En mi opinión personal yo lo que observo en las delegaciones, no son necesariamente grupos articulados en torno a una militancia partidista, sino mas bien grupos que tienen fuerzas locales y que, independientemente del partido en el que militen las fuerzas locales, ejercen el beneficio del uso de sus aparatos de gobiernos locales e independiente del partido.
Mano firme
El magistrado presidente del TEDF asegura que en esta elección que corre en la ciudad no le va a temblar la mano para anular una elección, siempre y cuando «haya elementos necesarios para hacerlo».
Suelta una risa cuando se le pregunta si van a dejar que el gobierno del DF los presione. Sin embargo, advierte que hasta el momento «no hemos recibido presión».
De manera alterna se concentra en otra tarea del Tribunal, que se ha convertido en su talón de Aquiles: el derroche de recursos públicos.
«Yo no puedo afirmar que voy a acabar con una situación que no me parece que forme parte de la estructura de lo que conozco del Tribuna en estos meses que me ha tocado estar al frente», dice.
Hernández se dice un hombre apegado a la transparencia, pero para conocer su sueldo remite a la ciudadanía a la página de internet del TEDF. «No consideramos que sea para nadie conveniente que los recursos no se destinen a los fines específicos para lo que este Tribunal esta creado y tiene a sus cargo, y estoy convencido que haremos un uso racional de los recursos», añade.
Imprimir artículo