El drama de un rescate en Saratoga 714, sin la parafernalia de las televisoras

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Alberto Cuenca Reportero en Capital CDMX

Ciudad de México.- Aquí no está el Ejército, la Marina, enormes grúas, ni la parafernalia de las grandes cadenas de televisión. Dentro del edificio colapsado de la calle de Saratoga 714 hay solo cuatro Topos que tratan de rescatar a Candelaria Tovilla, una trabajadora doméstica de 48 años de edad, la única que queda entre los escombros.

Los vecinos de esta calle, en la colonia Portales Sur, se encuentran furiosos porque el miércoles por la noche las autoridades federales y de la Ciudad de México suspendieron la búsqueda de la mujer y solo hasta este jueves, al mediodía, permitieron de nuevo el acceso de los rescatistas. El tiempo apremia, pues han pasado dos días desde el sismo.

En entrevista con CapitalCDMX los vecinos de Saratoga narran los múltiples pretextos que les dieron, primero los militares, quienes el martes 19 y con el apoyo de perros de búsqueda localizaron a cinco sobrevivientes de este edificio de departamentos. Les dijeron que no había más víctimas y que era muy peligroso tratar de ingresar de nuevo al inmueble, porque estaba a punto de venirse abajo en su totalidad.

Pero Carlos, el hijo de Candelaria, llegó en busca de su mamá, quien en el momento del sismo trabajaba en el departamento 304 de un edificio de cuatro pisos que, a consecuencia del temblor, aplastó la planta baja del inmueble haciéndola desaparecer.

Ahí inició la búsqueda de "Candy", pero no por parte de autoridades ni especialistas, sino de voluntarios y del mismo Carlos.

El hijo de Candelaria y los voluntarios aseguraban que con gritos pudieron tener una señal de vida de ella, quien les respondió haciendo ruido entre los escombros.

El miércoles, personal de Protección Civil de la delegación Benito Juárez tomó el control de la situación, pero no continuó la búsqueda porque anocheció y no había plantas de luz ni lámparas que les permitieran seguir con los trabajos. Así lo reconoció, ante los propios vecinos, Israel Navarrete, trabajador de la Dirección de Protección Civil de la demarcación

La impotencia se apoderó de Carlos y de los vecinos, pues a pesar de que había muchas manos dispuestas a ayudar, con picos, palas, mazos y voluntad, una mujer de nombre Olivia Correa, de la que nunca se tuvo la certeza el cargo que ostentaba ni si trabajaba para el gobierno de la Ciudad o para la delegación Benito Juárez, impidió el acceso de cualquier rescatista o voluntario.

Tensión en la línea de seguridad

Este jueves al mediodía alrededor de 100 voluntarios llegan a la calle de Saratoga y Emiliano Zapata, en la colonia Portales Sur. No saben a qué van, pero cuando arriban al lugar se enteran que en el número 714 sigue atrapada una mujer. Al frente de ellos va un marino, al que todos le dicen "Teniente".

Visiblemente ansiosos, esperan recibir instrucciones para ingresar al edificio colapsado. Detrás de un cordón de seguridad que controla una decena de policías, un joven, civil, les dice por alta voz que esperen hasta que les den indicaciones para poder acceder y que mientras eso ocurre coman y se hidraten, porque el trabajo será extenuante.

Pero a los cinco minutos el mismo joven cambia la indicación. Les dice por alta voz a esos 100 voluntarios que no hay nada qué hacer aquí, pues ya hay rescatistas especializados en el lugar y solo ellos (los Topos) tendrán acceso al edificio colapsado. Les pide que vayan a buscar otro lugar donde sí  se requiera su apoyo o en todo caso que mejor regresen a sus casas con sus familias.

El marino que comanda a esa cuadrilla de 100 personas regresa con sus brigadistas por donde vino.

Ese aviso de que sólo los Topos entrarán al lugar hace enojar a los vecinos, quienes exigen saber cómo se encuentran de avanzadas las labores de búsqueda y si los rescatistas han logrado tener contacto con "Candy". Acusan que durante la noche del miércoles se detuvieran injustificadamente las labores de búsqueda, porque eso podría determinar encontrar a Candelaria con vida.

Es entonces que el empleado de Protección Civil de la delegación Benito Juárez, Israel Navarrete, les dice que, como única persona a cargo, no permitirá que más civiles corran riesgos. Reconoce también que, si el miércoles en la noche no fue posible continuar con la búsqueda, fue por falta de luz.

La respuesta enfurece aún más a los vecinos, quienes acusan que hasta este jueves a las 11:00am Olivia Correa permitió el acceso de los Topos, perdiéndose un tiempo valioso para el rescate de "Candy".

Alrededor de las 15:30 horas llega al lugar el secretario de Seguridad Pública de la la Ciudad, Hiram Almeida, pero entra a la calle de Saratoga por la avenida Repúblicas. Permanece en el lugar escasos 10 minutos y se va, aunque a su salida enfrenta el cuestionamiento de los vecinos.

Almeida les dice que ya se tiene detectada a Candelaria. "Es un tema sensible, pero lo hicimos con perros, con sensores térmicos y se está trabajando, porque se está cerca", les explica.

Las palabras del funcionario generan cierto aliento, sobre todo porque a los 30 minutos los policías que permanecen en el cordón de seguridad, sobre la avenida Repúblicas, piden a los colonos dejar espacio en el arroyo vehículos porque va a venir una ambulancia.

Sin embargo, un vecino se ha puesto en contacto vía telefónica con Carlos, quien le confirma que han encontrado a Candelaria, pero sin vida. La ambulancia entra, sin la torreta encendida; sale a los cinco minutos y enfila hacia el Eje Central.

Dentro va el cuerpo de "Candy" y así lo confirma un brigadista que ha participado en las labores de rescate, quien se acerca al cordón de seguridad para informar que la muerte de Candelaria fue instantánea.

Nadie le cree; lo abuchean. Lo culpan a él, a Olivia Correa, a las televisoras por crear noticias falsas en otros sitios, a la delegación y, sobre todo, a la empresa constructora que justo en el predio de al lado, en Saratoga 712, comenzaba a hacer trabajos de excavación para edificar un nuevo conjunto habitacional y que, con su maquinaria, habría debilitado el edificio donde encontró su muerte Candelaria Tovilla.

Los policías han reforzado el cordón de seguridad con granaderos, ante el enojo creciente de los vecinos, pero la tensión se calma y los colonos se retiran porque llega una lluvia repentina, aunque  la tormenta de lo que aquí ocurrió, con la frustración, el dolor y la impotencia, no se dispersará tan fácil.

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