Mélenchon, una aventura a la izquierda

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Mélenchon. En Francia está ocurriendo un fenómeno interesante para la izquierda: se está uniendo.

Sí, Jean-Luc Mélenchon está logrando lo que parecía imposible hasta hace poco y que de algún modo recuerda a Françoise Mitterrand.

Mélenchon es un político muy hábil, que ha tenido la inteligencia de aprovechar el 22 por ciento de los sufragios que obtuvo en la primera vuelta presidencial, para construir una alternativa desde el congreso.

Uno de sus objetivos es ocupar la cartera de primer ministro, obligando a una cohabitación a Emmanuel Macron.

Lograr esto no es sencillo, porque primero hay que pasar la prueba de fuego de las elecciones legislativas y después construir un escenario que posibilite esa salida.

Ya lo veremos, pero la perspectiva hay que valorarla en un escenario cambiante y en el que la unión de la izquierda será muy relevante.

Todos se han sentado con Mélenchon para negociar espacios y candidaturas: los ecologistas, los socialistas y los comunistas.

Es la Nupe (Nouvelle Unión populaire ecocologique et sociale).

En teoría, el programa que se impulsará, revalorizará las ideas de izquierda para acoplarlas a objetivos comunes impulsados desde una alianza legislativa de grandes proporciones.

A Mélenchon le gusta jugar con el pasado y por ello establece paralelos con el Frente Popular y sus gestas.

No es lo mismo, por supuesto, aunque ahora también aceche el monstruo de la ultraderecha.

Mélenchon, una aventura a la izquierda 

La Nupes tendrá un alto costo en los proyectos socialdemócratas, que fueron desplazados por los propios electores.

Pero que tienen mucho sentido a nivel programático e inclusive de experiencia de gobierno.

Por eso socialistas históricos ven con desconfianza a Mélenchon y a la aventura a la que está llevando a la organización que gobernó Francia, el Partido Socialista.

Los amarres de esta Nueva Unión serán tan sólidos como lo sea el cumplimiento de los compromisos y los diagnósticos que se tendrán que hacer sobre problemas y coyunturas puntuales, que es donde se podrán percibir con claridad las costuras y la solidez de esta alternativa a Macron y a Le Pen.

Es decir, tendrán que resolver cómo hacer frente al neoliberalismo y a los nuevos reaccionarios.

Otro aspecto, no menos relevante, es observar cómo se comportará Mélenchon.

Sobre todo conociendo sus anhelos populistas, entre los que destacan su lejanía respecto a Europa y sus acuerdos comunes.

Una aventura, en efecto, en el que la izquierda tendrá un papel más que relevante, pero a la vez, deberá hacerse cargo del significado que ello puede tener en el futuro.

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