La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) en el informe ¿Cómo va la vida en América Latina? develó que los efectos de la pandemia de COVID-19 se verán reflejados en los avances que había tenido América Latina en materia de bienestar.
El estudio resaltó que los avances alcanzados durante las últimas décadas pueden revertirse a causa de la pandemia.
La OCDE informó que con el inicio de la pandemia, el crecimiento de ingresos y la reducción de la pobreza estaban disminuyendo; el empleo, reduciéndose y el desempleo aumentando.
De igual manera, la satisfacción de las personas con sus condiciones de vida y su confianza en las instituciones públicas tenía una tendencia a la baja.
A consecuencia de la pandemia, eso puede incrementarse.
Existe el riesgo de que la pandemia de COVID-19 haga que se malogren muchos de los avances en materia de bienestar alcanzados en las últimas décadas, y agrave los problemas ya existentes
La OCDE señala que la pandemia ha agravado las brechas de oportunidades existentes y provocado nuevas vulnerabilidades.
Pobreza
De acuerdo con el estudio, la pobreza absoluta y el desempleo aumentaron drásticamente en 2020, mientras que los ingresos y el empleo disminuyeron.
El número de individuos que se encuentran por debajo de la línea de pobreza absoluta ascendía a 209 millones a finales del año pasado, 22 millones más que en 2019.
De la cifra anterior, 78 millones vivían en condiciones de pobreza extrema, lo que supone un incremento de 8 millones en comparación con 2019.
Educación
La OCDE destaca que más de 160 millones de alumnos de todos los niveles educativos de América Latina y el Caribe vieron interrumpidas las clases presenciales.
El aprendizaje a distancia fue obstaculizado porque el 46% de los niños de 5 a 12 años vive en hogares sin conectividad.
Menos del 14% de los «alumnos pobres» de educación primaria cuentan con una computadora conectada a Internet en casa.
Los efectos
En cuanto al bienestar subjetivo de las personas y sus relaciones sociales, entre 2019 y 2020, la satisfacción con la vida se redujo un 7%.
La OCDE señala que es necesario redoblar esfuerzos para mejorar el bienestar, recurriendo a planes de recuperación y al estímulo fiscal como herramientas para hacer frente a las vulnerabilidades previamente existentes y a las nuevas que han surgido.
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