La Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió una seria advertencia sobre la amenaza que representa una nueva cepa de mpox (anteriormente conocida como «viruela del mono»), que ha surgido en la República Democrática del Congo.
Esta cepa, denominada «clado Ib», se caracteriza por su mayor mortalidad y se transmite principalmente a través del contacto sexual.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS, expresó su preocupación en una rueda de prensa, destacando que el mpox “sigue siendo una amenaza para la salud mundial”.
Desde septiembre del año pasado, esta variante más mortífera se ha estado propagando rápidamente en la región, generando alarma entre las autoridades sanitarias y la población.
El mpox provoca una serie de síntomas, incluyendo erupciones cutáneas que pueden aparecer en los órganos genitales o en la boca, fiebre, dolor de garganta y ganglios linfáticos inflamados.
La transmisión de la enfermedad se produce a través del contacto cercano con personas o animales infectados, así como mediante objetos contaminados, como prendas de vestir o ropa de cama.
En el último mes, la OMS ha recibido informes de casos de mpox en 26 países.Sin embargo, la reciente situación ha afectado gravemente a Sudáfrica, registrando 20 casos, tres de ellos mortales.
«Estos son los primeros casos en el país desde 2022», indicó Adhanom. Ninguno de los pacientes había viajado al extranjero, lo que sugiere que los casos confirmados representan solo una pequeña fracción del total y que la transmisión comunitaria está en marcha.
La OMS alerta sobre nueva cepa de mpox «viruela del mono»
La situación en la República Democrática del Congo es especialmente alarmante, ya que la nueva cepa del virus se ha estado propagando de manera sostenida desde septiembre. La epidemia “no muestra signos de desaceleración”, advirtió Tedros.
En total, se han registrado 11 mil casos, de los cuales 445 han resultado mortales, siendo los niños los más afectados.
En mayo de 2022, el mpox comenzó a aparecer globalmente, extendiéndose fuera de la decena de países de África central y occidental donde la enfermedad había sido endémica durante mucho tiempo.
Aunque la OMS declaró la emergencia de salud pública de alcance internacional en julio de ese mismo año y la finalizó en mayo de 2023, sigue recomendando una vigilancia constante para controlar la propagación de esta peligrosa enfermedad.
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