La encuesta de Morena para definir a su candidato presidencial de 2024 ha resultado un cochinero.
El proceso inició mal y va a terminar mal porque la dirigencia del partido ha sido un florero.
Desde el arranque se estipularon reglas del juego para los seis precandidatos y todas fueron violadas.
La más evidente fue la del acarreo y sólo con observar los cierres de campaña queda probado. La dirigencia nacional, que encabeza Mario Delgado, hizo mutis.
Hubo una queja seria con evidencias de Marcelo Ebrard y Delgado siguió con los ojos vendados, por lo que su ex jefe político dijo que vive en un mundo de fantasía.
El levantamiento de la encuesta ha sido desastroso. El primer día los encuestadores estaban citados a las 8 de la mañana y al medio día no aparecían.
El desorden lo denunció Ebrard y Delgado volvió a decir que todo es un éxito. Mientras, Sheinbaum a quien se señala de ser la beneficiaria del desastre interno, sólo posa en sus redes comiendo tamales o bailando ballet.
El cochinero de Morena
Otros aspirantes se han quejado como Gerardo Fernández Noroña.
Quedan unas horas para que cierren las encuestas y las quejas del desorden siguen. El proceso fue un cochinero idéntico a los que protagonizaban en el PRD.
La única solución será el dedazo con el riesgo de la división que sólo fortalecerá a Xóchitl Gálvez.
NOCAUT.
La unidad que mostró el Frente por México con la unción de Xóchitl Gálvez va a tener un impacto en la Ciudad de México.
Hoy todo son risas y guiños en las fotos, pero en lo interno hay temor de que el PRI se quede con la candidatura y desplace a los panistas que han sido avasallados por la Fiscalía capitalina. ¿Y todo para qué?, se preguntan.
Son días de traiciones y como dice el refrán popular: “Nadie sabe para quien trabaja”.
¡Abrazos, no periodicazos!
Imprimir artículo