Alito: el objetivo es la alianza

Mi amigo

Alito, el objetivo. Efecto corruptor. Así le llaman a la sucesión de torpezas con las que las autoridades actúan y violan el debido proceso.

Es lo que sucede respecto a los expedientes en contra Alejandro Moreno, el líder del PRI.

El último episodio es su retención por agentes del Instituto Nacional de Migración cuando llegaba del extranjero y de una gira en la que denunció lo que considera abusos y persecuciones.

A Alito le dijeron que hay una alerta migratoria en su contra emitida por el gobierno de Campeche.

¿Esto se lo informan cuando regresa de Europa? ¿Quieren que no salga o que no entre? Ahí el absurdo.

Los funcionarios del INM sabían que no harían mucho, ya que Moreno es legislador y cuenta con fuero, por lo que no puede ser detenido si antes no hay un procedimiento en la Cámara de Diputados y si así lo determina un juez en su momento.

Eso sin contar que a ningún mexicano le pueden impedir que ingrese a su país, sea cual sea la fobia del momento.

¿Entonces? Es un claro amedrentamiento.

De lo que se trata es de acorralar y de desprestigiar, porque el objetivo es político y no jurídico.

Alito: al objetivo es la alianza 

Hay otra muestra de ello. Horas antes del episodio, circuló un tuit, en la cuenta del Gobierno de México, en el que se daba cuenta de que Alito era “investigado” por la FGR por presuntos delitos derivados de su patrimonio y asuntos de orden fiscal.

El post fue borrado, pero ahí dejaron la insidia y el veneno con el que se está actuando.

Por supuesto no hay explicaciones respecto a lo ocurrido, y mucho menos alguna disculpa por el daño que pudieron causar al dar a conocer una indagatoria que debería tener carácter de secreta, si es que existe, o de plano por propagar una injuria.

A todo este entramado hay que sumar la actitud vergonzosa en la que ha caído la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, dando a conocer, cada martes, fragmentos de conversaciones del propio Alito, que fueron obtenidas de modo ilegal.

Sí, lo que hemos escuchado de la propia boca del líder del PRI no es nada edificante, lo describe en términos generales, pero el problema, insisto, es hasta dónde se van a utilizar instituciones como las fiscalías para satisfacer estrategias políticas en lugar de procurar justicia.

Lo que sucede, además, no puede disociarse del contexto electoral en el que ya nos encontramos.

Un PRI todavía más débil y con un dirigente bajo fuego, se puede convertir en un obstáculo para las alianzas en Coahuila y en el Estado de México.

Ahí está otra arista para entender las toneladas de lodo que suelta Sansores y para activar todos los mecanismos de presión que sean necesarios, inclusive para que Alito se mantenga, pero en calidad de rehén, contra las cuerdas y esperando la siguiente revelación sobre el repertorio de audios que tienen en su poder las autoridades campechanas, o para hacer uso del INM, aunque sea solo como pantalla de algo mucho más profundo.

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