La gran contradicción del presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido la militarización del país, recientemente, Morena y sus aliados, en un albazo legislativo en la Cámara de Diputados aprobaron reformas a leyes secundarias para incorporar a la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional.
El propio Secretario de Gobernación, y el Coordinador Parlamentario de Morena, habían reconocido públicamente que la iniciativa enviada por el presidente a la Cámara de Diputados no tenía el carácter preferencial; sin embargo, en una sesión fast track en la madrugada del sábado 3 de septiembre la aprobaron.
Una vez más, Morena viola el proceso legislativo para cubrir una reforma de este tipo, con un albazo legislativo, sus diputados y aliados hicieron lo que mejor saben hacer: violar la Constitución.
El gobierno y los diputados de Morena ya han caído en un cinismo grotesco para imponer su voluntad por encima de la Constitución.
El presidente y Morena saben que sus pretendidas reformas constitucionales no tienen viabilidad legal porque no tienen los votos suficientes, saben que la oposición responsable no aprobará nada que lastime a las y los mexicanos y a la Constitución.
Ante esta descarada imposición, el siguiente camino será a la Acción de Inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
¿Y la no militarización?
En múltiples ocasiones, antes de asumir como presidente de México, el candidato Andrés Manuel López Obrador se oponía con fervor a la militarización del país. Cito un tuit del ahora presidente publicado el 26 de abril de 2010:
“Debe fortalecerse el poder civil con el establecimiento de la democracia. El militarismo no es la solución”.
También decía: “Que no se utilice el ejército para suplir las incapacidades de gobiernos civiles, que regresen los soldados a los cuarteles”.
Ahora, está obsesionado para que la Guardia Nacional sea incorporada a la Secretaría de la Defensa Nacional, es decir un cuerpo de seguridad civil será militarizado ¡vaya incongruencia!
La militarización de los cuerpos de seguridad civiles es signo inequívoco de los gobiernos represores y autoritarios. Los dictadores siempre recurren a la fuerza militar para perpetuarse en el poder. Aprendamos de la historia.
A tres años de su creación, la Guardia Nacional por otra parte, no ha cumplido con su cometido. Fue creada con una fuerza inicial de 70 mil elementos, hoy cuenta con 120 mil, es decir, casi se ha duplicado; pero los resultados son paupérrimos.
La estrategia de “abrazos, no balazos”, no ha funcionado. El número de muertos, la inseguridad y las masacres que tanta risa le provocan al presidente, han crecido alarmantemente durante los últimos tres años.
Existen más de 133 mil muertes violentas (más que en cualquier otro gobierno), tres mil quinientos feminicidios acumulados y más de 45 mil familias desplazadas por violencia de sus hogares.
Incorporar la Guardia Nacional a la Sedena no es la solución al grave problema de inseguridad y violencia que azota al país.
Debemos buscar otras vías, Acción Nacional hará lo propio desde el ámbito legislativo. El balón ahora está en la cancha del Senado.
Imprimir artículo
