Sí hay opciones

Sí hay opciones. Si el Estado no puede, la sociedad tiene el derecho y la obligación de buscar nuevos enfoques para combatir la inseguridad.

Una alternativa son los conocimientos y experiencias acumuladas por organizaciones de la sociedad civil y núcleos académicos.

Es impresionante la consistencia en la aprobación de la gestión presidencial.

En la última encuesta de Reforma coordinada por Lorena Becerra (31 de agosto), Andrés Manuel López Obrador mantiene el 60 por ciento de aprobación y el 37 por ciento de condena.

Su partido tenía el mes pasado el 43% de intenciones de voto y para el 2024 el 57% anuncia que apoyará al candidato que dé continuidad al proyecto presidencial.

Algunos lo explican por el impacto mediático de las mañaneras, en mi opinión pesa más la aprobación popular de los programas sociales, el aumento de un 45.7 por ciento en términos reales de los salarios mínimos y la prohibición del abusivo outsourcing que beneficia a millones de asalariados.

El pilón lo ofrecen los partidos opositores.

Sí hay opciones

Lamentable, pero reveladora fue la salida del closet de la corriente fascista del PAN que, acompañada con un par de legisladores del PRI, salió a presumir su alianza con los fascistas españoles de VOX.

Hago a un lado el tema de quién ganará las elecciones del 2022, 2023 o 2024 para recordar un detalle no menor: López Obrador es el tercer Presidente que se estrella con la inseguridad.

Pese a sus declaraciones cargadas de buenas intenciones y a las atribuciones y presupuestos entregados a los militares, el hecho es que, en el mejor de los casos, se mantienen los índices de inseguridad.

En los próximos años nos seguirán gobernando los partidos que ya conocemos con Morena a la cabeza.

Lo lógico es que recibamos más de lo mismo.

¿Qué opciones tenemos quienes estamos interesados en la inseguridad desde la academia, la sociedad civil y la iniciativa privada?

López Obrador intentó destruir a las OSC y golpeó duramente a los académicos.

La circular número uno de López Obrador (14 de febrero de 2019) prohibía la transferencia de recursos federales a las OSC, una modalidad de organización aborrecida por el Presidente.

Entre 2018 y 2019 hubo una reducción de 70.3 por ciento en los fondos federales.

A los académicos nos atizaron con la misma saña. Ninguno de esos actores desapareció.

Sobrevivimos y en el tema de la seguridad hemos seguido produciendo conocimiento de calidad.

La supervivencia se debe a que hay tres sectores convencidos de la utilidad de académicos y activistas en temas de seguridad: empresarios, fundaciones internacionales y gobiernos estatales y municipales (incluídos algunos de Morena).

La sociedad civil 

Así pues, las OSC han sobrevivido, pero uno de sus grandes fallos ha sido la incapacidad de aglutinarse para impulsar propuestas de políticas de seguridad ante la sociedad y las autoridades respectivas.

Si las autoridades capitalinas se han mostrado dispuestas a dialogar, resultaría lógico y saludable que algunas de las OSC que trabajan sobre la inseguridad se coaligaran para elaborar una agenda mínima pensada en mejorar la seguridad en la capital.

Lo mismo podrían hacer en Monterrey, Guadalajara, Puebla, Querétaro y Mérida, por mencionar otros centros urbanos.

Estamos urgidos de agendas tejidas con conocimientos de calidad y consensadas con otros sectores de la sociedad.

Cada vez estoy más convencido de que, por salud intelectual, debemos acabar con la obsesiva fascinación que despiertan las mañaneras y su carga de filias y fobias.

Tampoco sirve de gran cosa atender los planteamientos de los partidos opositores (rara vez dicen algo novedoso porque están obsesionados con obtener el poder sin quedar nunca claro para qué lo quieren).

Entretanto, hay problemas inmensos esperando soluciones.

Uno de ellos es la inseguridad. Los partidos ya demostraron que simplemente no pueden.

Tenemos que construir nuevas opciones y la sociedad organizada tiene los conocimientos, la experiencia y la legitimidad para realizar propuestas con las cuales pueda armarse un diálogo ilustrado y respetuoso con los tres niveles de gobierno.

En la capital podemos demostrar que sí existen maneras para contener la violencia criminal. Es hora de demostrarlo.


Colaboraron Anuar Israel Ortega Galindo y Sergio Huesca Villeda


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