A 30 años del establecimiento de relaciones Estado-Iglesias la Secretaría de Gobernación (Segob) ha otorgado más de 9,643 registros, en su mayoría a iglesias evangélicas, seguidas de la católica.
El primer registro de una Asociación Religiosa fue otorgado en 1993 a la Iglesia Apostólica y Romana representada por la Nunciatura Apostólica.
El segundo a la Conferencia del Episcopado Mexicano, seguido de la Arquidiócesis Primada de México y de la Arquidiócesis de Monterrey.
En anteriores administraciones el registro de las Asociaciones Religiosas acumuló un gran rezago, pero a decir de las iglesias en los últimos tres años se ha logrado corregir ese déficit, pese a la pandemia del COVID-19.
El pasado 21 de julio se entregaron 43 registros más a Asociaciones Religiosas en una ceremonia presidida por César Yáñez, responsable de la Subsecretaría de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos.
Segob abre diálogo con las Iglesias
A ese evento se invitó a Nicéforo Guerrero, primer director de Asuntos Religiosos de la Segob, quien otorgó el primer registro a una AR.
En su mensaje dejo en claro como debe ser el trato con las iglesias.
“La base de la relación del Estado con las Iglesias debe estar inspirado en la tolerancia que la autoridad debe mantener frente a la organización y doctrina de cada una de las iglesias”.
Y sostuvo que “solo mediante la tolerancia y el respetoal derecho eclesiástico mexicano podemos llegar a la paz social.
”Se deben buscar establecer lazos institucionales que permitan la convivencia pacífica de todas las creencias religiosas e incluso de aquéllos hombres que no creen en ninguna. ¡Esto es tolerancia! ¡Esto es libertad religiosa!”
El subsecretario César Yáñez, político conocedor de la actividad y poder de las iglesias, en su mensaje de ese día invitó a los representantes de las iglesias a mantener la articulación con el Estado a fin de coadyuvar a la construcción de la paz.
“Estoy seguro que coincidimos en la certeza de trabajar desde todos los frentes para lograr un México en el que el bienestar de cada persona y sus comunidades esté por encima de cualquier interés político o económico, y que sólo el respeto a todas las expresiones humanas, entre ellas las expresiones religiosas, permitirá avanzar hacia la construcción de la paz”.
La actual administración, “encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha dado un paso adelante para fortalecer la relación entre el Estado y las Asociaciones Religiosas, mediante estrategias que abren el diálogo como camino idóneo para construir un país justo y solidario”.
El diálogo ya lo inició el subsecretario César Yáñez con líderes religiosos como con el arzobispo Rogelio Cabrera, presidente de la CEM, y obispo Ramón Castro, secretario general.
Y mientras el acercamiento de la Segob con las iglesias avanza, líderes y pastores evangélicos se reunieron con la representación de la Conferencia del Episcopado Mexicano.
A través del comunicado ‘Paz y bien para México coincidieron en la preocupación por la situación en México «y la convicción de que juntos podemos contribuir, eficaz y genuinamente, a mantener una esperanza activa por la paz».
Coincidieron en «que nadie debe vivir en este clima de violencia cotidiana» y se comprometieron a realizar cinco acciones para la construcción de paz en el país.
Acciones por la Paz
Las acciones por la paz son orar permanentemente por la paz en México sin excluir ningún credo.
Además de hacer conciencia en sus respectivas comunidades de fieles de que «la paz es un don de Dios que se recibe y trabaja» especialmente al reafirmar el valor sagrado de cada vida humana.
También lo es el mantenerse unidos en diálogo y cooperación.
Así como exhortar conjuntamente a las autoridades por mejores estrategias de seguridad; y, trabajar en servicios de justicia, solidaridad y amor al prójimo.
El comunicado está firmado por pastores y líderes de la Iglesia Evangélica Siloé, la Iglesia Evangélica Independiente en la República Mexicana.
Asimismo firman la Iglesia Nacional Presbiteriana, la Convención Regional Bautista Central, el Ministerio Casas de Dios, el Centro Familiar Cristiano de México y la Confraternidad Evangélica de México (CONEMEX) y la secretaría general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (SGCEM).
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