Venezuela: rebelión ciudadana

Ciudad de México.- En un contexto de intimidaciones y represión por parte del gobierno, ayer habló el pueblo soberano a través del Plebiscito Popular que fue convocado por la Asamblea Nacional de Venezuela.      

Fue una expresión multitudinaria por parte de la sociedad civil de ese país que participó en defensa del orden democrático. La masiva concurrencia a las urnas en esta consulta nacional e internacional, ocurrió a pesar del boicot, amenazas y violencia desplegada por el régimen. Con el propósito de recibir millones de votos se instalaron miles de casillas, denominadas puntos soberanos, en toda Venezuela, así como en 602 ciudades alrededor del mundo.

El Plebiscito o Consulta Nacional representa una respuesta a la profunda crisis institucional por la que atraviesa ese país.

La ruptura del orden constitucional fue denunciada por el Poder Legislativo y la Fiscalía General, a raíz de que el Tribunal Supremo de Justicia se atribuyera a sí mismo las funciones de la Asamblea Nacional y ampliara los poderes del presidente Nicolás Maduro.

Calificado como un autogolpe de Estado cuyo objetivo es la disolución de la Asamblea Nacional de mayoría opositora, este acto reavivó las protestas populares que se han prolongado por más de tres meses con un centenar de víctimas mortales.

El Poder Judicial ha sido instrumentalizado por el Poder Ejecutivo, quien indica el sentido de las determinaciones jurisdiccionales.

En enero, el Tribunal Supremo de Justicia declaró nulas las actuaciones del Poder Legislativo, y en marzo anunció el retiro de la inmunidad de los integrantes de la Asamblea Nacional, permitiendo que puedan ser enjuiciados por tribunales militares, como ya acontece con cientos de ciudadanos detenidos durante las continuas manifestaciones. Recientemente, el recinto parlamentario fue atacado por grupos paramilitares.

A la grave crisis económica y social que desde hace un lustro prevalece en esa nación, se le suma ahora una profunda crisis política, generada por la iniciativa autoritaria de Nicolás Maduro de convocar a una Asamblea Constituyente para redactar una nueva Constitución que permita a su grupo perpetuarse en el poder.

Dicha Constituyente es ilegítima porque prácticamente se integrará con personajes designados desde el gobierno y no fue convocada, como establece la Constitución vigente, a través de referéndum.

La Consulta Nacional de Venezuela representa un relevante acto de desobediencia civil porque implica el desacato de normas obligatorias, dado que se llevó a cabo al margen del oficialista Consejo Nacional Electoral.

La filósofa de la política, Hannah Arendt, señalaba que el objetor de conciencia sigue la moral del hombre bueno, mientras que el desobediente civil sigue la moral del buen ciudadano, quien expresa una resistencia e insumisión frente a la ley.

La norma que se desobedece es aquella que el grupo en el poder considera investida de autoridad. Sin embargo, cuando ese poder se convierte en “un poder ciego”, insensible a los reclamos ciudadanos y fundamenta su legitimidad solamente en la violencia, se convierte en un “deber moral” el desobedecer leyes consideradas injustas y opresivas.

La desobediencia civil hace referencia al deber de todo ciudadano para impulsar cambios en el orden social y político que garanticen la libertad de todos. Es el deber a la resistencia de un pueblo ante un poder tiránico.

Correo: [email protected]

Twitter: @isidrohcisneros

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