VOLANTAZO DE MANCERA ¿PERO PARA DÓNDE?

Ciudad de México.- Con la renuncia que pidió a todo su gabinete legal, Miguel Ángel Mancera da el volantazo, antes de que la ineficiencia de su gobierno sin rumbo se impacte contra el fracaso. La cuestión es: ¿Hacia dónde va el viraje?

La pregunta viene a cuento porque parte de la trascendencia de esa decisión radica no solo en saber a quién despedirá, sino también a quién llevará para integrar el equipo que gobernará a esta ciudad en los próximos tres años, sin perder el rumbo del proyecto presidencial.

Los nuevos nombres y posiciones dentro del gabinete revelarán la alianza y estrategia política que habrá construido el mandatario.

Si se va Héctor Serrano de la Secretaría de Gobierno, Mancera habrá atendido la exigencia del beligerante obradorismo atrincherado en Morena, que a unas horas de concluido el proceso electoral ya pedía la cabeza del segundo al mando del gobierno local, como condición indispensable para sentarse a  negociar con la administración capitalina.

Al irse Serrano, el jefe de Gobierno demostrará que para él es estratégico alcanzar acuerdos con el Movimiento de Regeneración Nacional, el partido politico que tendrá la mayor cantidad de diputados en la próxima Asamblea Legislativa del DF.

Pero si además se van el director del Metro, Joel Ortega y la secretaria de Desarrollo Social, Rosa Icela Rodríguez, el jefe de Gobierno habrá hecho un traje a la medida del presidente del Senado, Miguel Barbosa, quien justamente le planteó al mandatario local la necesidad de deshacerse de esos funcionarios para «encaminar un proyecto exitoso rumbo al 2018», según planteó el legislador en unas «oportunas» declaraciones.

Si a esa fórmula que planteó Barbosa se añade la incorporación del senador guerrense Armando Ríos Piter en alguno de los cargos que quedarán vacantes, entonces el presidente del Senado tiene mucha mayor influencia en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento de lo que alguien hubiera pensado.

Porque si Ríos Piter deja la Cámara Alta para irse al gabinete capitalino, estamos frente a una alineación de los “Migueles”, Mancera-Barbosa, para modelar la candidatura a jefe de Gobierno del 2018 en favor del senador guerrerense.

Sin embargo, esperemos que los cambios no paren ahí, porque si los ajustes se dan solamente en la dependencias mencionadas, será evidente que los movimientos en el gabinete local responden a una agenda meramente política, convenenciera y coyuntural, en la que quedarán excluídas las enormes necesidades de está ciudad y de sus habitantes.

Al Distrito Federal y a los capitalinos nos urge una política de gobierno contundente y efectiva en muchos o en casi todos los aspectos. En material ambiental, por ejemplo, resulta imperativo un acto de autoridad que contenga el crecimiento de la mancha urbana sobre la zona de reserva ecológica; en transporte, el caos y la ineficiencia del servicio no solo se padecen en el Metro; la inseguridad se ha ensañado contra todos y en todo tipo de delitos; la corrupción está incontenible en los distintos niveles de la administración sin que la Contraloría local aparezca en el horizonte.

En pasados gobiernos la Secretaría de Obras era utilizada para diseñar y ejecutar planes de relumbrón que sirvieran como sello de la administración en turno. Ahí están los segundos pisos y la lamentable Línea 12; pero hoy ni siquiera hay una obra ramplona con la que se busque dejar una huella, ¡a menos que esta sea el Metrobús sobre Paseo de la Reforma!.

Por lo anterior, es que el negrito en el arroz del anuncio hecho por Mancera es el alcance y profundidad de las renuncias en el gabinete local. Ya se verá si solo son ajustes cosméticos para alcanzar un fin político o un verdadero cambio que por fin le dé rumbo a este gobierno.

 

Twitter: @negroenelarroz

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