Guayaquil.- El mandatario del gobierno ecuatoriano, Lenín Moreno, se vio obligado a trasladar este lunes su sede desde Quito a Guayaquil, la principal ciudad de la zona costera, tras las presiones de la movilización indígena que han colocado al país en una situación de tensión.
Líderes indígenas anunciaron este lunes por la mañana que llegarían más de 20 mil manifestantes a Quito para presionar a Moreno a dar marcha atrás a las medidas económicas impuestas por su gobierno, puesto que, explican, afectan al bolsillo de las clases más populares.
Para este miércoles también está convocado un paro nacional en medio de los enfrentamientos violentos entre fuerzas de seguridad y manifestantes con palos, piedras y hasta bombas lacrimógenas, y ataques dirigidos a instituciones públicas y empresas privadas.
Desde la administración de Moreno, en Ecuador se mantiene un fuerte dispositivo de seguridad en puentes y puntos de acceso, puesto que no han dejado de llegar manifestantes a Quito.
El Gobierno culpa de los ataques, que según ellos no son habituales, a un plan de desestabilización supuestamente fraguado por partidarios de Rafael Correa, el expresidente de Ecuador.
“¿Acaso creen ustedes que es coincidencia que Correa, Virgilio Hernández, Patiño o Pabón hayan viajado al mismo tiempo hace pocas semanas a Venezuela? ¿El sátrapa de Maduro ha activado junto con Correa su plan de desestabilización?”, denunció Moreno.
Lenín Moreno aseguró que incluso están financiando a los manifestantes con el ‘dinero que robaron’.
Correa tiene abiertos en el país más de una decena de investigaciones judiciales relacionadas con su gestión económica, por irregularidades en la contratación pública y por una presunta financiación ilegal de campaña.
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