Transición democrática en México

Ciudad de México.- El Siglo XXI en México ha traído cambios de administración federal con sellos particulares. 

El primero, con Vicente Fox, estuvo marcado por la supuesta “alternancia”; el cambio de gobierno de Felipe Calderón estuvo enmarcado por el cínico fraude electoral. En el 2012, la llegada de Enrique Peña a Los Pinos estuvo enmarcada por las protestas violentas afuera del recinto de San Lázaro y la muerte del activista Francisco Kuykendall por esa imposición presidencial.

El cambio de gobierno que presenciamos el 1 de diciembre tiene su sello particular y éste es el del apoyo de las masas. 

Nunca antes se había visto un apoyo tan multitudinario a un presidente mexicano como el que se logró vislumbrar con la toma de protesta de Andrés Manuel, quien en el Zócalo del Ciudad de México demostró la legitimidad que ha venido teniendo desde campaña.

La tarea de López Obrador será compleja, pues hereda un país con una profunda crisis económica, con actores políticos enemistados, un nivel de violencia nunca antes visto, el tejido social prácticamente deshecho, la dinámica de la corrupción metida hasta la cocina y una sociedad dividida pero expectante.

La opinión pública sigue recibiendo los mensajes de los detractores del nuevo gobierno diciendo ahora que ya no se parece a Hugo Chávez, sino a Hitler, pero ¿cuál es el sentido de decir eso? Engañar a las personas ¿Para qué? Para que el nuevo gobierno pierda credibilidad ¿Lo lograrán? No.

¿Dónde estuvieron todos esos presentadores de noticias que tanto criticaron la decisión de echar a atrás el NAICM cuando, sin preguntarle a nadie, se canceló la construcción del tren interurbano generando una deuda catastrófica? ¿Dónde estuvieron aquellos influencers cuando desaparecieron a cuarenta y tres personas en el estado de Guerrero?

Las personas que nos asumimos de izquierda –como nuestro nuevo Presidente- y que estamos comprometidos con el cambio en nuestro país, no tenemos que fanfarronear. 

Nosotros sabemos lo que implica salir a la calle y exigir, caminar, gritar, e insistir el tiempo necesario para generar un cambio tan anhelado. Por lo tanto, para nosotros la llegada de nuestro nuevo Presidente sólo implica una extensión del camino que elegimos desde hace años, el compromiso de cambiar nuestra realidad y de mejorar las condiciones de vida. Y sí, la crítica es necesaria pues la libertad de expresión la acompaña. 

Aun así, somos más los que estamos con el nuevo gobierno, somos más los que pensamos que transición a una verdadera democracia comenzó el sábado 1 de diciembre de 2018.

 

Facebook: Circe Camacho

Twitter: @CamachoCirce

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