Ciudad de México.- Atrapada en su soberbia, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México (CDMX), Claudia Sheinbaum, se ha negado en los meses de pandemia a escuchar a la sociedad civil para que juntos se logre un mejor resultado en la catástrofe.
Un rasgo de la Jefa de Gobierno es que se ensimisma y no ha sido la excepción pero la realidad la ha hecho tener que ceder poco a poco.
La muestra más clara fue ahora que tuvo que recular ante los restauranteros que alzaron la voz y salieron a las calles con su “cacerolazo” toda la semana para exigir la reapertura.
Ante la presión, Sheinbaum no tuvo de otra que atender una demanda legítima que ayudará a la economía y que se pudo tomar desde un principio aunque no se logró por la cerrazón de Sheinbaum y la ausencia de un gabinete que tome medidas preventivas y deje de ser un gobierno reactivo. Esperemos una mejoría.
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Sheinbaum cede ante presión social
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