Ciudad de México.- Los sacerdotes, religiosas y laicos, responsables de atender los 130 albergues de migrantes de la Iglesia Católica, arremetieron en contra de la política migratoria del actual gobierno de Andrés Manuel López Obrador y solicitaron que las fuerzas de seguridad dejen de acosar, hostigar esas sus casas y los dejen trabajar en paz.
Ellos que viven diariamente la tragedia con los migrantes que cruzan por México, coincidieron en denunciar que la defensa de los derechos humanos que presume el gobierno actual para atender a los migrantes “sólo existe en el discurso, pero no en los hechos”.
El sacerdote Pedro Pantoja de la Casa del Migrante de Saltillo, fue uno de los más críticos y afirmó que esa “política fue un regalo, una oferta al crimen organizado, porque de alguna manera tiene todas las oportunidades el crimen organizado de instaurar rutas clandestinas y de alguna manera capacitar sicarios para que se introduzcan en las caravanas y de esta manera los guíen a desastres humanos como el secuestro o la extorsión, la desaparición y la masacre".
Durante el II Encuentro Nacional de Directores de Albergues realizado del 26 al 28 de agosto en la sede del Episcopado Mexicano, en Lago de Guadalupe, Cuautitlán Izcalli, los asistentes denunciaron que la militarización de las fronteras con la actuación de la Guardia Nacional “expone a las personas a un mayor grado de peligrosidad”.
En la actualidad, dijo, los migrantes no sólo le tienen miedo al pollero, sino también huyen de la Guardia Nacional, la Marina, las policías Federal, estatal y del Instituto Nacional de Migración.
Alertó que al interior de las casas existe un clima de temor entre los migrantes, quienes tienen miedo de seguir su camino.
Al respecto, José Guadalupe Torres Campos, obispo de la diócesis de Ciudad Juárez y responsable de la Dimensión Episcopal de Pastoral de Movilidad Humana de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), que quienes solicitan un salvoconducto para poder continuar su camino son ignorados, hostigados o extorsionados por agentes de diferentes dependencias o por el crimen organizado.
Por lo que exhortó a las autoridades federales, estatales y municipales a colaborar para generar políticas migratorias incluyentes.
En días pasados, la CEM había señalado que la política migratoria del actual gobierno era un fracaso y solicitó diálogo con las autoridades.
Después de éstas declaraciones, funcionarios del Instituto Nacional de Migración establecieron comunicación con la CEM; en especial con José Guadalupe Torres Campos obispo de la diócesis de Ciudad Juárez.
En febrero del año pasado, en reunión de obispos y representantes de albergues se advirtió de los abusos de las fuerzas federales y locales. Sin embargo el gobierno no hizo nada para contener los actos de violencia en contra de migrantes que se registran día con día.
Es importante que el gobierno federal sume esfuerzos con la Iglesia Católica, porque es la única que tiene una red tan extensa de atención a migrantes.
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