Ciudad de México.- El presidente filipino Rodrigo Duterte aceptó la renuncia de su asesor en las conversaciones de paz con los rebeldes y destituyó a otros dos funcionarios debido a acusaciones de malversar fondos de un programa destinado a ayudar a zonas afectadas por la insurgencia.
El mismo mandatario anunció la renuncia del asesor Jesús Dureza y la destitución de los otros dos funcionarios. No dio detalles.
En un discurso, Duterte intimó que Dureza no estaba directamente involucrado en casos de corrupción sino que dirigía una agencia oficial plagada de denuncias que se encargaba de tratar de poner fin a los conflictos con insurgentes comunistas y musulmanes.
Duterte ha dicho anteriormente que se siente abrumado por la magnitud de la corrupción oficial y en meses recientes ha destituido a una gran cantidad de ministros y directores de entidades públicos, incluso al director de aduanas.
"Lamento que a pesar de mis esfuerzos por seguir sus fuertes lineamientos en contra de la corrupción, he fracasado”, dijo Dureza en su carta de renuncia, que él mismo publicó.
Dureza reveló que dejó a sus subalternos el manejo interno de la Oficina del Asesor Presidencial para el Proceso de Paz porque se vio obligado a concentrar sus esfuerzos en tratar de poner fin a las insurgencias.
Añadió que había recibido denuncias de corrupción en los proyectos anti-pobreza que manejaba, como los de infraestructura rural, otorgamiento de becas y asistencia a familias pobres. Pidió perdón por no poder lograr su cometido.
Duterte asumió la presidencia a mediados del 2016 tras una campaña en que prometió combatir la delincuencia, especialmente el tráfico de drogas y la corrupción gubernamental. Su campaña antidrogas ha dejado miles de muertos, en su mayoría gente pobre que consumía drogas. La ofensiva ha alarmado a gobiernos en Occidente y a grupos humanitarios, y ha desembocado en denuncias ante la Corte Penal Internacional. (AP)
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