Ciudad de México.- La crisis por el Covid-19 ha exacerbado muchas de las desigualdades preexistentes a las que ya se enfrentan las personas jóvenes de América Latina y el Caribe, en particular las que han perdido o corren el riesgo de perder el cuidado familiar. Sin embargo, su capacidad de resiliencia los convierte hoy en agentes de cambio, capaces de protagonizar historias, acciones e iniciativas que inspiren y acompañen a otras niñas, niños, adolescentes, jóvenes y adultos frente a la emergencia sanitaria, social, emocional y económica.
Aldeas Infantiles SOS México, sumadose al Día Mundial de las Juventudes a través de la campaña regional Influencers SOS: “Mi Voz durante el Coronavirus”, invitó a promover la participación protagónica de adolescentes y jóvenes participantes de los programas, compartiendo el material producido por ellas y ellos desde sus vivencias, pensamientos, experiencias e historias.
Asimismo, reconoció que “en el contexto de la emergencia sanitaria, las juventudes han sido particularmente afectadas en las diferentes dimensiones de su vida: educativa, social, emocional, laboral y recreativa. Por tanto, es nuestro compromiso potenciar su rol protagónico en la respuesta al COVID-19, tomando en cuenta que a través de sus mensajes, opiniones, propuestas y acciones contribuyen a una respuesta idónea y solidaria a la crisis en sus comunidades”.
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Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), antes del inicio de la emergencia sanitaria, el desempleo juvenil para el 2020 sería de 18% y la tasa de informalidad en el trabajo sería de 62,4% (10% más que la de adultos), pasando a ser la tasa de desempleo juvenil de 32,2% en abril 2020. Por su parte, la UNESCO estima que 177 millones de niñas, niños y jóvenes han dejado de asistir a sus centros educativos y ante la virtualidad de la educación, una gran parte de la población está en desventaja al no contar con dispositivos, ni internet para acceder a su derecho a la educación.
En el caso particular de las personas jóvenes participantes de los programas de Aldeas Infantiles SOS en América Latina y el Caribe (AISOS LAAM), los desafíos que enfrentan en el contexto de la emergencia sanitaria afectan también en su relacionamiento: de pareja, amistosas y familiares, en su salud mental, en su situación laboral, en sus condiciones de vivienda, en su educación, y sobre todo en el retraso en sus procesos de egreso previamente planificados.
“La situación actual hacen de nuestros programas aún más necesarios, pero el esfuerzo para con las juventudes debe ser hecho por todos. Hacemos un llamado urgente a los Estados y actores clave en este contexto, que se agrava más con el tiempo, para redoblar esfuerzos y crear mayores oportunidades para personas jóvenes: en su formación, acceso al empleo y de transición hacia la autonomía de forma acompañada y progresiva”, añadió Diana Rosales Espinosa, Directora Nacional de Aldeas Infantiles SOS México.
Entre los programas más importantes de la organización para las personas jóvenes, podemos citar a YouthCan y Youthlinks. El primero tiene como fin reforzar y complementar la formación y el desarrollo de la empleabilidad de las personas jóvenes participantes de los programas de Aldeas Infantiles SOS en su camino a la autosuficiencia, a través de alianzas empresariales que permiten la participación en ambientes laborales, desde espacios formativos y el acompañamiento, a través de mentorías presenciales o virtuales, validando el derecho al acceso a empleos decentes. El segundo, Youthlinks, busca innovar y transformar la educación llevándola a espacios virtuales, tan necesarios en este periodo de aislamiento preventivo, y considerando todos los componentes para el desarrollo integral de las personas jóvenes participantes.
Imprimir artículo“Aldeas Infantiles SOS México trabaja incansablemente con las juventudes del país a través de programas de atención especializados, con una mirada integral de su desarrollo con fines de facilitar su empoderamiento y autonomía progresiva para la toma de decisiones sobre sus propias vidas y para ser agentes de cambio en su entorno” concluyó Diana Rosales Espinosa.
