Ciudad de México.- Charlie Gard, un bebé que padece una rara enfermedad mitocondrial, que le impide ver, oír, moverse y que además le ha causado daños cerebrales irrecuperables, tendrá que ser llevado a un hospicio, donde se le retirará el ventilador que lo mantiene con vida.
Decisión tomada por el juez Francis, magistrado de un tribunal de Familia de Londres, quien había puesto como plazo, hasta el mediodía del jueves, para que a los padres del niño y al hospital, el Great Ormond Street de Londres, se pusieran de acuerdo sobre el rumbo que llevaría la situación, ya que no existe tratamiento posible.
Ante esta perspectiva un Alto Tribunal Británico y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos fallaron en junio, para que se le dejara morir a través de la desconexión. Sin embargo los padres aferrados a la esperanza de un tratamiento, recibieron el apoyo del Papa Francisco y del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
La decisión de los padres cambiaría radicalmente, cuando el especialista neoyorquino que les había dicho que existían un 10% de posibilidades de curar a Charlie, cambió de idea, después de ver al niño y reconocer que no había nada que hacer. No se hará público cuándo será llevado al hospicio, ni el nombre de este centro, el juez advirtió a los medios que cualquier “filtración”, será un incumplimiento a lo dispuesto.
