Nuncio Franco Coppola traza desafíos a los obispos mexicanos

Ciudad de México.- El nuncio apostólico Franco Coppola dirigió a los obispos mexicanos un mensaje crítico y les expuso algunos de los desafíos: combatir el clericalismo; mejorar la formación en los seminarios y reformar la catequesis.

El diplomático dirigió su mensaje al inaugurar la 107ª Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y a casi dos meses de haberse reunido con el Papa Francisco en Roma.  

Un dato a destacar es que durante los tres años de la presidencia del cardenal Francisco Robles ante la CEM los mensajes del nuncio a los obispos en sus asambleas no se compartieron con los medios de comunicación, a fin de evitar los señalamientos críticos a la labor de los obispos.

Con la llegada del arzobispo Rogelio Cabrera a la presidencia de la CEM, al presidir su primer asamblea, se difundió el mensaje del representante del Papa en México quien les recordó que  América Latina vive un cambio de época, la cual exige renovar lenguajes, símbolos y métodos.

Y advirtió de continuar haciendo lo mismo que “se hacía algunas décadas atrás, volveremos a recaer en los problemas que necesitamos superar. No me refiero aquí a mejorar simplemente alguna estrategia de marketing”.

En la formación en los seminarios, consideró que los aspirantes al sacerdocio, deben contar con los formadores más idóneos, cosa que no siempre sucede. Porque advirtió: “¡Un grado de especialización en Teología, a nadie convierte automáticamente en persona apta e idónea para tan trascendental ministerio!

“Estos deberán ser verdaderas comunidades de formación; con formadores capaces de acompañar realmente de cerca a las personas porque no se trata de formar administradores”.

Y les dejó la tarea analizar si es conveniente reunir los seminarios diocesanos en seminarios provinciales, en modo de asegurar, con capacitados formadores y medios idóneos, una formación de mucha mayor calidad.

Con palabras de Francisco, los llamó a extirpar el clericalismo, que es un virus que la Iglesia ha venido incubando durante siglos. Una enfermedad que representa la “es-clero-sis de la Iglesia; un sagrado despotismo ilustrado de quienes piensan y deciden: hago y deshago, organizo y desorganizo, pongo y compongo, apruebo y desapruebo, incluyo y excluyo… La tarea de los portavoces del clericalismo consiste en crear un público pasivo y obediente, no un colaborador participante en la toma de decisiones; lo que pretenden es edificar no una iglesia doméstica, sino una iglesia domesticada”.

En la reforma de la catequesis, Franco Coppola  expuso que éste debe ser escolarizada que acompaña al niño y al adolescente durante todos los años de la escuela primaria, secundaria y preparatoria. “No un adoctrinamiento o una simple enseñanza de conocimientos…”

Esa petición algunos jerarcas católicos ya empezaron a implementarla, como el cardenal Carlos Aguiar Retes en la Arquidiócesis de México decisión que ha recibido oposición de algunos sacerdotes.

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