Morena, el INE y las mayorías artificiales

Ciudad de México.- El Consejo General del INE tomó una buena decisión al aprobar un Acuerdo que tiene el propósito de evitar la sobrerrepresentación y las mayorías artificiales en la Cámara de Diputados.

Esto es muy importante, porque las trampas que hacen los partidos pueden cambiar el sentido del voto y del poder mismo, sin que eso provenga de la voluntad ciudadana.

Por ejemplo, en 2018, la coalición Juntos Haremos Historia obtuvo un 44 por ciento de los votos, pero se le acreditaron 308 legisladores, lo que representa en 61 por ciento del Congreso.

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Esto resultó posible porque muchos integrantes de Morena fueron postulados por sus partidos satélite, el PES y el PT, con la finalidad que las victorias por mayoría relativa no se les sumaran y así poder aumentar el número de diputados plurinominales.

Por eso, para la elección de junio, tendrán los candidatos que acreditar una militancia efectiva, para evitar una situación similar a la ocurrida en la contienda de 2018.

¿Se imaginan cómo sería la legislatura si se hubiera respetado el Artículo 54 de la Constitución, que impide una sobrerrepresentación mayor al 8 por ciento?

El consejero Ciro Murayama ha insistido en esta situación desde hace ya años, buscando una solución proteja el voto y la pluralidad.

Las próximas semanas serán complicadas para el INE, aún más de lo que ya son, porque en Morena no están dispuestos a que prospere el Acuerdo y por ello acudirán al Tribunal Electoral.

Si la lógica jurídica y la coherencia en las sentencias se mantiene, la Sala Superior terminará por respaldar al Consejo General.

En Morena dicen que les quieren quitar la mayoría, pero eso no es así, lo que se pretende es que no pueda ostentarla quien no la obtuvo en la urnas, como ocurre en este momento.

No les está arrebatando nada, porque las elecciones todavía no se realizan y nadie sabe con certeza cómo será la configuración del próximo Congreso. El Acuerdo es válido para cualquier fuerza o coalición, por lo que no afecta ni beneficia de antemano a nadie en particular.

De lo que se trata es de evitar que los partidos, cualquiera de ellos, quieran engañar al electorado y a la propia autoridad.

En junio serán los ciudadanos los que decidan los equilibrios que deben o no prevalecer. Es ahí donde está la disputa legitima.

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