México Libre: razón jurídica y dificultad política

Ciudad de México.- Las próximas semanas serán interesantes y relevantes para los magistrados y magistradas del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ya que tendrán que decidir el futuro de México Libre, el partido de Margarita Zavala y Felipe Calderón.

Hay estimaciones diversas sobre lo que puede ocurrir, pero me detengo en lo que me parece más relevante y es que existen motivos jurídicos que indicarían que el registro debe ser concedido.

En este aspecto hay dos posibilidades, que son las que analizan los expertos: Revocar la determinación del INE o pronunciarse por la figura del registro condicionado. En el primero de los casos, se desecharían los argumentos de los consejeros electorales, poniendo en la boleta al partido.

La forma en que fue negado el registro, los alegatos de última hora y las supuestas denuncias extemporáneas, dan pistas de que en el Consejo General del INE no se procedió del modo más adecuado y ello abre una puerta nada despreciable para quienes litigan en favor de la viabilidad de la organización partidista.

En el segundo aspecto, en cambio, se procedería a la aprobación de México Libre, pero sujeta a que sustenten la procedencia lícita de las aportaciones financiares sobre las que el INE tiene dudas y sospechas.

Esto significaría optar por la claridad, permitiendo que se cierre el paso a cualquier ilegalidad, pero al mismo tiempo ponderando sobre el derecho ciudadano a decidir en las urnas sobre cuáles son los partidos que deben persistir.

Lo anterior es razonable, pero es donde todo empieza a complicarse, porque la política, aunque no se acepte, juega un papel crucial en estos momentos y más aún en un contexto en el que el poder judicial no parece dispuesto a contrariar los deseos de Palacio Nacional.

El presidente Andrés Manuel López Obrador suele decir que nadie puede hablar por él, pero en los hechos algunos personajes lo hacen y son los que promueven la idea de que el registro para México Libre sería muy mal visto, lo que se acompaña, además, con aquella declaración del propio titular del Ejecutivo cuando señaló que aprobar la organización de Zavala y Calderón, habría significado la destrucción o el fin del INE.

Este tipo de presiones estarán presentes en la Sala Superior como lo han estado en otros casos relevantes, del pasado y de ahora.

Esto no debe espantar, en la medida en que ello no signifique que se vota y sentencia en función de no meterse en problemas y de no contradecir la narrativa de la 4T.

A ello hay que sumar, además, que en noviembre se tiene que decidir la continuidad o el relevo de la presidencia del TEPJF, lo que será, por necesidad, un factor en la suerte de las sentencias más relevantes.

Ojalá, por el bien del TEPJF y del propio país, impere el derecho, aunque esto no sea lo más popular.

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