Mario Mucho: La Autenticidad y el Encuentro

Ciudad de México.- Mario Mucho no de aquí y ni es de allá, pues se considera mexiquense y chilango a la vez. Le toco vivir justo en la frontera entre los territorios del Distrito Federal y el Estado de México: Ciudad Nezahualcóyotl. Los habitantes de esta entidad cruzan día con día los límites con el DF.

Para Mucho, el caos de la Ciudad de México es su principal fuente de inspiración. “Siempre ves o conoces personajes que ni en las películas existen, soy muy observador, a veces me siento un friki porque me le quedo viendo a la gente como 10 minutos, pero para mí todas las personas tienen algo de belleza. Me encanta la cultura mexicana, la mezcla… somos bien atascados en todo y es lo que me gusta expresar”, dice a Capital MX.

El artista luce más joven de lo que es. Tal vez sea por su sonrisa relajada o por la mochila de bob esponja que carga o su playera negra con un estampado del luchador Latin Lover.

Alto, delgado y de tez apiñonada, Mario Mucho es un creador sólido, en discurso y en personaje.  Su pseudónimo es un tributo a Alphonse Mucha, uno de los máximos exponentes del Art Nouveau, “además me apellido González González, o sea, soy ‘Mucho González’”, asegura entre risas.

A sus 25 años, pinta retratos para plasmar la modernidad de la juventud, su sexualidad, la era digital, la dualidad de las personas, temas homoeróticos y la absorbente cultura de masas.

Con tintes críticos, Mucho se mofa de la enajenación televisiva a través de sus obras, analiza el mosaico televisivo con el que jóvenes crecieron, convivieron o hasta fueron educados.  Las pinturas de Mario transgreden, son retadoras. Advierte que le gusta provocar: “no es una pintura para la sala de tu mamá, mis pinturas hablan más de mí que de lo que yo puedo hablar de ellas”.

Su tirada es la sensación que causó una vez en GuadalajaraEn esa ocasión, recuerda, sus pinturas adornaron una exposición en la que los niños que estaban deambulando por el lugar sin prestar mucha atención se detuvieron cuando vieron sus piezas. Él se acercó curioso, preguntó si les gustaban, los niños guardaron silencio mientras contemplaban. “Yo creo que no sabían si les gustaba o no pero fue muy chistoso, eso es lo que me gusta causar”, dice.

Un artista nato

A su corta edad, fue ganador del tercer lugar en la categoría ‘arte digital’ del Premio Quorum, uno de los concursos de diseño mexicano más prestigiados a nivel nacional, que desde hace 20 años reconoce a jóvenes creadores. “Recibir ese premio en un recinto como lo es Bellas Artes, y luego exponer junto a los ganadores, me animó…me impulsó para seguir con esto que me apasiona”, recuerda con emoción.

Mario Mucho nunca ha estudiado pintura o dibujo y ser autodidacta le ha enseñado mucho más que a hacer su profesión: cuando participó en el reality show “Arte Shock” de TV UNAM -un programa de 13 capítulos en el que concursaron artistas contemporáneos- sufrió por primera vez “las etiquetas en el arte”; es decir, la discriminación de algunos alumnos de escuelas como San Carlos o La Esmeralda, y enfrentó duras críticas.

Sin embargo, Mario demostró su calidad y quedó entre los finalistas del show. “A veces hay muchos estigmas en el mundo artístico. Yo no estudié arte, yo no sé nada de arte, pero sé lo que soy, lo que plasmo, lo que siento, sé de mi comunidad  y estoy orgulloso de ser autodidacta”, afirma.

Poco después expuso individualmente en la galería autónoma de la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP). Entonces, satisfecho, apreció aún más su trabajo, pero principalmente, el aprendizaje obtenido por él mismo.

Otro de sus logros, considera, fue en una exposición colectiva de diversos ilustradores en el Centro de Cultura Digital de la Estela de luz. Ahí Mario vendió, el primer día, dos de sus tres obras expuestas.

Acerca de la situación actual de arte en nuestro país, opina que es un poco complicado: “la comercialización es el conflicto, porque la gente no invierte en arte… no compra arte, ni yo tengo un cuadro de 10 mil pesos en mi casa (soltó una carcajada). Pero por otra parte hay mayor apertura en el medio, ya no tienes que ser rico para ser artista, el internet es una gran herramienta para ello, es lo que me conforta”.

Mucho orgullo

El artista estuvo presente en la manifestación del Orgullo Lésbico-Gay-Bisexual-Transexual de la Ciudad de México, para la cual pintó una manta.

Ese día Mario portó, a manera de estandarte, la imagen de un joven de playera blanca con puño en alto y una pulsera multicolor en su muñeca, ceño fruncido y mirada alzada. “Fue una obra muy significativa para mí porque hace menos de un año salí del closet, ésta fue mi primer marcha, creo que como ciudadano y como artista es necesario expresarse para eliminar paradigmas”, asegura.

El artista cree que para representar a la comunidad se debe alzar la voz y decir “aquí estamos, somos muchos y ya no nos tenemos que esconder”. Explica que más allá de la orientación, es manifestar como se quiere vivir la juventud.  Su pintura tenía la palabra “orgullo” pero, aclara con entusiasmo, no sólo es el orgullo de ser gay, sino el orgullo de estar ahí.

El artista exalta la importancia de la autenticidad, de vivir sin pretensiones, “aunque México es un país libre, a veces las personas tienen barreras internas, yo intento no tenerlas, o por lo menos luchar contra ellas; me gusta ser diferente, me gusta ser como soy”.

Mario Mucho piensa que el arte es un encuentro consigo mismo: “pintando mantengo un diálogo con mi mente y mis manos, mi vida se divide en antes y después de ser artista.”

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