Los animales, sus derechos y nuestros deberes

Ciudad de México.- El modo como tratamos a los animales no humanos ilustra en qué cosa nos hemos convertido a través del tiempo. Basta con asomarse a las redes sociales o a cualquier noticiero para constatar que la tortura y su maltrato persiste en todos lados. Durante siglos, y hasta la actualidad, los animales han sido considerados pertenencias de alguien. Este estatus de propiedad representa un obstáculo para el desarrollo del principio del trato humanitario contenido en las leyes de bienestar y protección animal.

A partir de la difusión del derecho romano en el mundo occidental se concibió que los animales no tienen intereses moralmente relevantes y se les redujo a cosas, sin más valor que el que su propietario les quisiera dar.

La relación instrumental que mantenemos con ellos resulta tan cotidiana que rara vez reflexionamos sobre la pregunta: ¿qué son los animales para nosotros? Solo pensamos en los beneficios que obtenemos cuando hablamos de animales de consumo o de mascotas, sin reparar en los significados y los usos que les damos. De esta forma, los matamos para comerlos o vestirnos, los ponemos en reproducción en circunstancias crueles, los usamos como diversión para obtener un lucro, los encerramos en los zoológicos con la muy cuestionable finalidad pedagógica de educarnos. Mantener a los animales en bodegas toda su vida no sirve para salvarlos de la extinción. Por ello, no es posible hablar de comunidad civilizada y mucho menos de justicia, cuando reina el maltrato generalizado sobre los animales.

Los consideramos objetos y aceptamos sin discusión que su vida está marcada por el sufrimiento permanente. Actuamos de una manera que sería inaceptable para cualquier sistema moral —incluyendo a las religiones— confundiendo la administración humana de lo creado, con el derecho a tratarlos despóticamente sin rendir cuentas. Muchas veces fingimos no saber y convenientemente olvidamos lo que sucede diariamente en los laboratorios de experimentación animal, en los rastros, en las granjas y criaderos clandestinos, en la industria militar o en las facultades de veterinaria de muchas universidades. El sufrimiento y la tortura que imponemos a los animales no humanos resulta algo inaceptable e incivil que debemos combatir.

Afortunadamente, su lugar en nuestras vidas está cambiando. Adquieren una importancia completamente nueva y la preocupación por su condición se reafirma todos los días. Lo impone la inmensidad de nuestros abusos hacia ellos. Es necesario señalar categóricamente que los animales también tienen derechos. La opinión pública ha evolucionado, desarrollando la idea cada vez más aceptada de la protección animal respecto a las formas gratuitas de la crueldad humana. A lo largo de la historia se desarrolló la legislación de los humanos, por lo que ahora debemos avanzar en el diseño y establecimiento de leyes para los animales no humanos.

Para analizar estas problemáticas invito a mis amables lectores al foro virtual: Una Guerra Contra Los Animales No Humanos, que se realizará este miércoles 29 de julio a las 12:00 horas y que se transmitirá por la página electrónica: ­­­www.futuro21.com.mx, donde científicos, académicos, juristas y activistas como María Teresa Ambrosio, Claudia Edwards, Marisol Anglés, Sandra Segovia, Mónica Hernández, Sylvia Pasquel, Andrés de la Parra y un servidor pasaremos revista a los esquemas internacionales de protección jurídica, a las dimensiones del sufrimiento, maltrato y crueldad contra los animales, a las legislaciones e instituciones por construir para garantizar sus derechos, así como a los escenarios futuros de la comunidad viviente. Allí nos vemos!

[email protected]

Twitter: @isidrohcisneros

 

Imprimir artículo Síguenos en Google News

Post más visitados en los últimos 7 días