López-Gatell: La reiteración de la catástrofe

Ciudad de México.- México llegará, en los próximos días, al triste número de 60 mil personas fallecidas por Covid-19. Vidas rotas y familias golpeadas, hay que recordarlo. Llegó la “cifra catastrófica” de la que alguna vez habló el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell. Lo peor es que en unos meses, si no hay un golpe de timón, estos datos serán vistos como uno de los picos de una pesadilla todavía más prolongada.

En el fondo, desde el gobierno, nunca entendieron que las estimaciones eran una llamada de atención, una señal para ser corregida y no una fatalidad. ¿Había cómo evitarlo? Sí, se podía reducir el nivel de los contagios con distanciamiento social, pruebas y más pruebas, rastreo de contactos y el uso generalizado e inclusive obligatorio del cubrebocas. ¿Cómo sabemos? Porque así se hizo en otros países y con éxito.

Las muertes, además, por Covid-19 ya superaron las 56 mil 603 que ocurrieron con violencia durante los 20 meses de esta administración.

Es la cifra negra que acompañará a este gobierno, a la 4T, a lo largo de los próximos años y de la que se tendrá que rendir cuentas tarde o temprano.

Es un drama, por supuesto, que describe las irresponsabilidades que se fueron ensamblando, desde que en enero de este año, –inclusive antes, en diciembre de 2019, cuando China informó de la irrupción del virus– sonaron todas las alarmas sobre lo que podía ocurrir y ocurrió porque no se atendieron de la forma debida.

Pero es también un modelo de comunicación extraño, que vive al día, que subordina el análisis en favor de la consigna. Si de Palacio Nacional se dice que no nos fue tan mal, hay que echar a andar la imaginación para confirmarlo.

Ayer, López-Gatell, en su conferencia de la tarde, con las 57 mil 774 defunciones certificadas (hay tres veces más, cuando menos), el funcionario señalaba que la ola de contagios va en descenso. Una vez más tergiversando los datos y mandando el mensaje erróneo. Lo que se redujo, de nueva cuenta, es el número de pruebas y sí, al hacer menos estudios, se reducen las confirmaciones.

Supongo que ya a nadie sorprenden los anuncios sobre las curvas aplanadas, los picos de la epidemia, las mesetas y los grandes valles de la narrativa de estos días oscuros, pero no deja de ser inquietante, porque todavía estamos en medio del problema y demorará su salida.

Varios gobernadores han dicho que quieren a otro funcionario a cargo de combatir el Covid-19. Ignoro si tendrán los arrestos para pedirlo ante el presidente López Obrador, ahora que se reúnan con él. Ojalá lo hagan, el país requiere que las cosas  mejoren, aunque en el fondo sepan que no es problema de algún funcionario en concreto, sino de cómo se gestiona el poder. Les van a decir que no, que son conservadores y que están enojados porque ya se terminó la corrupción. No importa, dejar constancia también es una toma de posición y más aún en momentos de crisis como la que ahora nos agobia.

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